Desde hace un par de años este blog ha encontrado su frecuencia, algo de lo que me alegro. Sobre todo porque me facilita pensar y organizar ideas, que a veces incluso llegan a la Pedia. De hecho, este mes añadimos dos nuevas entradas: DevOps y paradoja de la automatización.
El tema es que estos días leí una entrevista con Tim Berners-Lee algo pesimista, en la que explica que «la web ha perdido el rumbo». El fuerte control que sobre la misma ejercen un reducido grupo de agentes es determinante para que la misma sirva cada vez más a los intereses de estos agentes (grandes empresas como Google o Facebook) en lugar de funcionar como la tecnología abierta que fue en sus primeros años, justo hasta la emergencia de lo que se dio en llamar Web 2.0, donde ganaron tracción las dinámicas de centralización de la red.
Imposible no enlazar sus comentarios con esta otra pieza en Techdirt: protocolos, y no plataformas. Eso es lo que has de construir si quieres ayudar a crear una web que sea más abierta, donde sea más fácil contribuir sin estar intermediados. Enlazado con el comentario de Berners-Lee sobre web 2.0, el apunte de Techdirt brilla más.
Al tiempo que leía estos artículos y preparaba el primer borrador de este post, seguía encontrando aportes entre mis feeds RSS. Como el artículo que escribió Om Malik sobre su renovado interés en su propio blog:
I cannot say precisely what sparked this renewed interest, but I suspect it stems from the pervasive negativity around technology and the technology industry. If the future is looking increasingly dystopian, then it is important to find ways to beat dystopia and find hope. Change is a constant. It isn’t positive or negative, though our response to it can be either. Change leads to innovation. Every aspect of our world is changing, and I am interested in what is happening.
En negro sobre blanco: si no te gusta cómo cambian las cosas y sientes que de verdad te incumbe y te importa, la opción que tienes es la de ayudar a construir algo mejor.
Cuando la Internet que prometía ser una plataforma para pensar y aprender por uno mismo de forma crítica se limita a estructurar tus interacciones mediante las reglas de un puñado de servicios cuyo único objetivo es extraer toda la información posible sobre ti para espiarte, incluso aunque la única motivación sea puramente comercial (esto es, para calzarte anuncios que te separen mejor de tu dinero), contribuir a la diversidad aportando al margen de esos esquemas centralizados es cada vez más importante.
Con más datos que idealismo: lo importante es como las cosas son y cómo están cambiando. Si quieres contribuir a mejorar tu día a día que está fuertemente mediado por la tecnología, entender esa tecnología y sus sesgos es la única forma de hacerlo. Tanto a la hora de aportar ideas no triviales, como cuando te limitas a buscar las ideas de otros, buscando alternativas como proponen desde Signal vs Noise.
Tanto Om Malik como David Heinemeier apuntan en la dirección correcta: devolver algo de frescura a Internet nos reclama esas pequeñas cosas, salir de la comodidad.
Sin olvidar el pragmatismo: participar de esa web indie nunca será mayoritario. Pero, ¿qué más da? Lo importante es que la puerta siga abierta para quien quiera cruzarla. Me gusta pensar que ése es parte del valor de este blog, y de tantos otros que siguen escribiéndose aún cuando el invento ya no sea tendencia.
En una web sin rumbo, tus migas de pan son parte del mapa y de la cartografía. Elegir dónde depositarlas es una decisión a la dedicamos menos tiempo del que deberíamos.
Un post muy importante, aunque sea solo para autoanimarnos. Mis blogs están muy parados, pero tampoco tengo RRSS. Lo están por falta de tiempo, no por que ese tiempo haya parado a los sumideros habituales. Se han perdido por el camino de mis lecturas decenas de blogs que antes leía casi a diario. Hoy siguen en el lector de RSS pero hace años que no se actualizan. Supongo que tengo la esperanza de que vuelvan, como tú y otros poquitos. Pero toda esa gente, alguna de ella que ganó notoriedad gracias a sus maravillosos blogs, pasa el tiempo en Twitter enfrascados en conversaciones maniqueas e intruidas por otros cualesquiera que pasaban por allí. Casi no se escriben blogs ni comentarios. Pero seguimos aquí, del otro lado. Mientras haya lector de RSS y gente actualizando sus RSS sabremos que hay cosas que, gracias al Internet de Berners-Lee, siguen vivas.
Gracias por el comentario, Querolus. El principal problema de webs como Twitter, dejando de lado la toxicidad de gran parte de la comunicación que se emite ahí, es de puro agenda setting. Si entras a tuiter el tiempo suficiente, terminas embebido en conversaciones con argumentos perversos sobre temas que te han inoculado desde fuera y, si lo piensas fríamente, ni te van ni te vienen (como poco no te van y no te vienen en magnitud equivalente a la seriedad con la que allí se discute).
Totalmente de acuerdo. Culture wars en las que, de repente, te ves soltando mandobles cuando tu habias salido a pasear intelectualmente.