Vivimos una época curiosa. La vigilancia a la que estamos sometidos crece incesantemente de la mano del estado que pretende defenderse a sí mismo de unos ciudadanos que ya no necesitan sus relatos épicos ni sus medios de comunicación centralizados y de las grandes corporaciones que se empeñan en convertir la vida privada de las personas en un producto comercial del que obtener mucho, muchísimo, dinero. Y todo ello sucede a pesar de que somos conscientes de ello.
Una de las amenazas más visibles para nuestra privacidad, desde luego no la única, que encuentra un mayor eco entre las personas que deciden oponerse a este control son las cámaras de vigilancia. Y eso es así precisamente porque somos conscientes de la instalación de nuevas cámaras. Simple y llanamente: las vemos. Las vemos en las paredes de nuestro edificio, en nuestras farolas, en nuestras carreteras. Las cámaras son visibles de una forma en que no lo son los chips RFID de nuestro pasaporte o toda esa información que almacenamos en servidores de grandes proveedores de servicio web. Tampoco las cookies malditas levantan los brazos para gritar que están ahí espiando y analizando cada click que hacemos.
Todas esas amenazas, excepto la videovigilancia, pasan muy inadvertidas en la agenda pública. Y ello se debe únicamente a que aún podemos ver las cámaras. Es posible que muchos no crean necesaria la protesta (el modo en que se nos venden estos sistemas de vigilancia está diseñado para ello), pero aún ésos son conscientes de que los sistemas de vigilancia están extendidos.
No es otra cosa sino la mera consciencia de su existencia el hecho que hace empuja a Facebook a las conversaciones sobre privacidad. Facebook puede representar un problema de privacidad, pero no es el peor al que nos enfrentamos. Es, y éste es el quid, uno de los que tenemos más presentes. Simplemente porque los vemos. Buscamos nuestro nombre y nos encontramos por ahí.
Volviendo al hilo. ¿Qué sucederá el día que no podamos ver los nuevos dispositivos de vigilancia instalados? Sencillamente, habremos perdido la ocasión de generar esa necesidad de defendernos contra esta reducción de nuestros derechos. Una vez estos sistemas (incluidas las aún visibles cámaras) pasen inadvertidas a una gran porción de población, la posibilidad de involucrar a estas personas en una defensa de sus derechos frente a este control serán pequeñísimas. Así fue en la ineficaz protesta contra la desmedida extensión de dispositivos y documentos oficiales con RFID.
Por eso me ha llamado la atención, de forma positiva, que en París los vecinos estén poniendo el grito en el cielo por la sustitución de los paneles publicitarios convencionales por otros que tienen cámara incorporada y están dotados de la posibilidad de ver quién los mira.
Los paneles pasan por ser simples herramientas optimizadas para la medición publicitaria y diseñadas para separarte mejor de tu dinero, pero son también herramientas de control que mal usadas, ponen a toda la población bajo una excesiva presión vigilante. Por cierto, este tipo de anuncios no son nuevos. Estoy seguro que hace mínimo dos o tres años que en ¿Quién vigila al vigilante? nos hablaron de ellos, pero no encontré el enlace. (Actualización, nos comentó Acalpixca y nos dejó los dos enlaces (primero y segundo) a este asunto. ¡mil gracias!)
¿Qué pasará el día en que nos instalen paneles con cámaras que sean aún más pequeñas y no podamos verlas? No protestaremos. No se puede protestar por aquello que no se conoce. Pero las cámaras nos verán pasar igual. Vigilantes, ojos mecánicos para un futuro mejor.
A mí también me costó encontrar los links sobre anuncios que te miran. Esta entrada es de mayo del 2007 y en ella hablábamos de EyeBox.
http://lavigilanta.info/wordpress/?p=404
De un mes antes es esta entrada sobre Wututu.
http://lavigilanta.info/wordpress/?p=391
Si es que somos unos visionarios ;)
¡Gracias! Estaba seguro de haberlo leído pero supongo que soy un torpedo buscando :D
el móvil cuando me voy de puente, ya que podrían saber mi agenda durante el puente mejor que yo mismo. A qué hora salí del hotel, qué pueblos visité, en que bares estuve y a qué hora regresé y por qué carretera lo hice.
Incluso podrían saber con quien estuve, …
¿Cámaras de vigilancia? Ya casi no hacen falta.
Deberíamos de acostumbrarnos a apagar el móvil y sólo admitir llamadas a alguna horas.
> Deberíamos de acostumbrarnos a apagar el móvil y sólo admitir llamadas a alguna horas.
Es algo complicado, pero me parece interesante. Por cierto, lo de saber donde fue quién con qué móvil es curioso. Mírate este post (no es corto, pero es interesante): no codiciarás el móvil del prójimo.
Hola a todos,
acabo de encontrar este blog, y me gustaría poder colaborar con mi punto de vista, si me lo permitis.
Es obvio que poco a poco comenzamos a perder intimidad, pero no todos los casos son los mismos.
Hace unas semanas, en un telediario dieron una noticia sobre una comunidad de vecinos. Esta comunidad llevaba sufriendo años el que en frente de su portal, se traficara con droga, la prostitución era diaria y la intimidación, fisica y verbal, era continua. Esta comunidad llevaba años denunciando este hecho a la policia, servicios de seguridad, ayuntamiento, etc, sin recibir la mas mínima ayuda por erradicar este problema. Es decir, se hacía lo mínimo (patrulla la primera semana y caida en el olvido de nuevo).
Al final, optaron por la siguiente solución: instalar cámaras de seguridad falsas en las cornisas de la comunidad. A las semanas, se produjo un hecho del que no contaban, y es que casi desapareció el problema. Sus hijos podían de nuevo jugar en el portal, los ancianos comenzarón a salir a pasear sin miedo, y las mujeres regresaban a sus casas por la noche sin mirar el reloj.
¿Qué ocurrió? que una asociación por la privacidad denunció en el ayuntamiento éste hecho. Se invadía la privacidad de los ciudadanos. Incluso siendo falsa. Lógicamente, a los días, el ayuntamiento les envió un requerimiento para eliminarlas. Ahora han vuelto a la misma dinámica. Claro, no existe ningun tipo de requerimiento oficial donde el ciudadano pueda obligar a un ayuntamiento o cuerpo de policia a solucionar sus problemas. Ahora los ancianos viven de nuevo con miedo a que les insulten y amenacen en el portal, y los niños han dejado de poder jugar en las inmediaciones por miedo de los padres a clavarse jeringuillas.
Ahora yo me pregunto ¿todos los casos son iguales? Todos me podeis decir que siempre existen soluciones alternativas a ésta. Obviamente si. centro de desintoxicación efectivos, legalización de la prostitución, reinserción de población problemática, policia efectiva, etc. Pero la realidad es otra muy distinta.
Si vosotros fuérais inquilinos de ése comunidad y viviérais en primera persona este problema ¿os gustaría que os quitaran las cámaras de seguridad falsas?
Me gustaría que el estado dedicara MIS IMPUESTOS a educar MEJOR a la gente, o a penar debidamente a los traficantes. Vivir todos sometidos a vigilancia policial no me parece, en ningún caso, una solución.
Me metes todos los tópicos en el tema y te olvidas de algo importante: ¿en qué gasta el estado el 40% de mi sueldo -lo que se queda en impuestos- y el 16% del resto -iva- si no lo gasta en evitar problemas? ¿Y quieren malgastarlo vigilándonos a todos?
Excusas: esas cámaras debían quitarlas. Si en el barrio hay droga hay que detener a los traficantes, y no vigilar a los vecinos.