La idea, aunque no se exprese muy formalmente, la tenemos clara: una página a la que vamos añadiendo reflexiones, contenidos, enlaces, alguna imagen. Puede ser de carácter personal, íntimo, sobre nuestra afición preferida, tener temática concreta o ser un batiburrillo general, tener un único autor o tener varios. Puede tener fines artísticos, de comunicación básica o comerciales. Puede tratarse de un canal de publicaciones de avisos y noticias relacionadas con una empresa (aunque reconozco que esto también es un poco particular, las empresas hacen sus notas de prensa de toda la vida pero son más modernas y dospuntocero porque ahora las publican con WordPress o Blogger).
Pero pese a toda la libertad del término y el exceso de uso hay cosas que no son un blog ni que las miremos borracho. Publicaciones como The Inquirer, Baquia, Barrapunto, o diarios como El País y 20 minutos no son un blog. Y al menos The Inquirer y Barrapunto también son llamados blog a menudo. Por mucho que tengan canales de sindicación sencilla. Por mucho que admitan comentarios en sus noticias. Por mucho que algunos de ellos se dispongan como tales y se le parezcan. Chicos, hace falta más que un par de características técnicas o de apariencia para que algo sea un blog.
Y esta parrafada os la suelto porque el último de estos abusos lo he visto hoy en un blog tan recomendable como es Abadía Digital. Dice hoy Jose en Abadía:
Digg, el blog colaborativo sin control editorial más popular de Internet (…) ha renovado su aspecto.
¿Cómo? ¿Digg un blog? Digg es muchas cosas y fue precursor de muchas otras. Pero dudo mucho que sea un blog (y puedo estar equivocado, se admiten comentarios), por mucho que los contenidos que aparecen en la portada sean elegidos por los usuarios de forma meritocrática. También la portada de Del.icio.us (del.icio.us popular) es elegida por los usuarios y eso no lo convierte en un blog. Bien pensado, igual este abuso del término me ayude a entender que supuestamente haya más de 100 millones de blogs, difícil de creer oigan. Si en internet hay mil millones de usuarios se supone que aproximadamente uno de cada diez tiene blog. Según esa regla de tres tendría que conocer un buen montón (pero bueno bueno, que uno ya tiene su edad) de bloggers entre mis amigos… en mi caso las estadísticas (aun siendo groseras y aproximadas) están lejos de salir.
El problema, sin embargo, es que este uso no es ni mucho menos aislado. Todo el mundo quiere llamar blog a su coso, tan sólo porque queda bien y se vende guay. Es cool, es moderno, te da la excusa de decir que eres 2.0 y mil nimiedades más que realmente carecen de relevancia. Pero las palabras debilitan su fuerza si se abusa de ellas, en este ámbito y en muchos otros. Deja de llamar blogs a todas las cosas, se muevan o no, respiren o no. La internet no está construida a base de unidades indivisibles de información llamadas blogs, por más que a muchos les parezca lo contrario.
Estoy de acuerdo que los periódicos no son blogs. Pero se comportan como ellos. Sobre todo las secciones de tecnología. Que, además sea dicho, van retrasadas con respecto a los blogs más famosos. Si yo creo que hasta sacan las noticias de blogs, cuando debería ser al revés. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otro momento…
Yo también creo que las sacan de los blogs, y llegan como 4 o 5 días después… claro. Pero eso no los convierte en blogs, como tu bien dices ese es otro asunto :)
Yo solo digo que hay que dar a cada cosa su nombre… :)
Sé que llego un poco tarde, pero poco a poco voy leyendo mis feeds atrasados… Al grano, yo nunca llamé a lodemenos.net un blog porque no creo que lo fuera ni que lo sea, aunque muchos dicen que es un blog colaborativo. Es más implementé las «columnas» con la idea de que éstas sí fueran el blog de cada uno de los redactores. Sí que es cierto que tener un blog es cool y no todo el mundo vale para tener uno.