Aterricé esta tarde en un artículo de Yorokobu que resume algunas recomendaciones de Schopenhauer para escribir mejor.
Dejando de lado que la actual escritura por y para el posicionamiento le lleva la contraria en casi todo, me quedo con un principio fundamental: la claridad al escribir.
Para Schopenhauer, demasiadas palabras solo sirven para desviar sin querer la atención del lector, o para confundir deliberadamente al lector y que parezca que en un texto hay una idea valiosa cuando no hay nada. En ambos casos es mejor ser concisos.
No es la primera vez que hablamos de concisión y en al menos una ocasión lo hicimos al hilo del posmodernismo, que precisamente es dado a soltar peroratas interminables para no decir nada. Diríase que Schopenhauer ya enfrentó al mismo tipo de plastas.