Vía Microsiervos me entero que la petición del Europarlamento para permitir líquidos a bordo ha sido desestimada por la comisión.
Por aquí ya lo avisábamos el mismo día que comentábamos la decisión del parlamento, recordando que la comisión se la cisca sobre lo que el parlamento opine sobre las patentes de software, por ejemplo. Ello nos ayudó a moderar nuestro optimismo, algo que ahora hace que esto tampoco nos hunda demasiado. Ya se veía venir. La comisión, esa institución europea carente de todo control democrático, vuelve a oponerse al parlamento, que es «la voz del pueblo». [Lo pongo con comillas porque lo que es voz, la ciudadanía en Europa hace mucho que por no tener no tiene ni eco de voz que la represente].
Ya leí en su día el artículo sobre como se instauro esta absurda norma, pero es que hay unas cosillas que no me caben en la cabeza. Esa comisión de donde ha salido? quien ha mandado que se forme? Porque yo creo que si me junto con cuatro amigos y me voy a Bruselas no me dejan hacer lo que quiera, alguien sabe como se ha formado esa comisión? y que derecho tienen para vetar las normas que intenta poner (o quitar) el parlamento europeo?? quien le ha dado ese derecho a esa comisión? Y una ultima pregunta que lanzo al aire a ver si alguien sabe responderme, esos puestos en la comisión que son vitalicios, hasta que ellos mismos quieran (porque por lo visto están por encima de toda europa) o hasta cuando van a mandar en europa esa oculta oligarquía tapada con una falsa democracia?
Saludos ;-)
¡Oh, la democracia europea! Esa tan simpática en la que la gente va a votar pensandose que su voto vale para algo. Pero bueno, eso vale para Europa como vale también para España. Me imagino el careto de ese señor de Extremadura que cada cuatro años va religiosamente a votar pensándose que su voto vale tanto como el de un Madrileño o un Barcelones. Pazguato.
Eh, muy buena reflexión, en serio. Un saludo ;P
He visto que al final comentó más gente en tu entrada ¡eh! :P
¡Saludos!
PD. Pobres extremeños, y andaluces, y hasta barceloneses y madrileños, cuyos derechos dependen de un oscuro funcionario de Bruselas cuyo nombre no sabrán… NUNCA.
:)