Una interesante charla de Bruce Schneier en TEDxCambridge. Dura apenas 13 minutos y habla de cómo la promesa de la Internet que descubrimos en los 90 se ha malogrado. No me lean mal, hay cambios muy positivos (y yo disfruto diariamente de muchos de ellos): pero prometían ser muchos más, y de mucho mayor y más importante calado. Además, el no lo enfoca de ese modo, pero es un tema inevitable a su charla, y a la actualidad de nuestra relación con la tecnología digital.
Pregúntense qué fue de la neutralidad de la Red, la mayoría de ustedes accede a Internet usando un móvil en el que si ejecutan un servicio de VozIP a través de datos, o si abren un programa de p2p, su operador puede cancelarle la línea o cobrarle adicionalmente. ¿Qué sucedió con la desintermediación en la información, aparte de que la mayoría de personas no tenían demasiadas ganas de desintermediarse? La web 2.0 ha desembocado en una web panóptica como la que describía hace ya muchos años en La sociedad de control.
Sin caer en el derrotismo de Lanier ni en el cinismo inteligente de Morozov, es hora de poner las tecnoutopías bajo la lupa y revisarlas profundamente, y ver si es posible volver a tener una Internet que haga honor a lo que su nombre evoca en nuestra mente.
Sobre cómo los más ágiles (hackers, activistas, personas de a pie) ven antes el potencial de la herramienta y es por ello que ésta se adaptó a sus intereses y parecía que todo iba a cambiar pero cómo en la carrera de fondo son las grandes instituciones (corporaciones, estados) los que están explotando a fondo Internet y moldeándola a su antojo charla Schneier en los apenas doce minutos que dura su intervención.
Destacaría dos detalles:
- Schneier actualiza la metáfora que Siva Vaidhyanathan esbozara en su The Anarchist in the Library, pero extrapolándola más allá de la propiedad intelectual para llevarla al terreno de las libertades y la convivencia en una sociedad democrática.
- El pasaje en el que habla sobre cómo se favorecen sistemas en los que el usuario cede el control (tanto de sus datos como de su software o del hardware en el que corre ese software) me ha hecho pensar en la tabletización, pero sobre todo en la guerra contra el ordenador personal. Esa tendencia a estigmatizar el uso de ordenadores «completos» e incluso de tildar de sospechoso cualquier uso no dummy de la tecnología.
Doce minutos muy bien invertidos. No lo dejen pasar y véanlo.
Versvs,
Interesante tema. La red que pudo ser y de momento no es, los controles y el panóptico, la tabletización y la mass-mediaficación del uso (pocos emisores, muchísimos receptores) y de los contenidos… todo son diferentes aspectos de la misma batalla.
Y si solemos tratar los aspectos más técnicos y de seguridad de todo esto, creo que, en el fondo, todo se reduce a una lucha tan antigua como nuestras sociedades: el anhelo de libertad y democracia, de control sobre la propia vida, ante el uso y abuso de poder por parte de los gobernantes.
Los más ágiles que cita Schneier son también los que abren camino en esa lucha, y plataformas, colectivos y personas que estais atentos a transparencia, apertura de datos, seguridad, privacidad y demás haceis un buen trabajo. La clave está en expandir ese trabajo, ese conocimiento, y esas ganas de participar a todo el mundo: nos hace falta un cambio social real, una masa crítica concienciada para lllegar a la estabilización de poderes que Scneider comenta.
Por suerte, parece que poco a poco se va haciendo camino, aunque sea lentamente. Y es que quitarnos de encima el pan y circo de los romanos es mucha Historia por deshacer… ;·)
Saludos,
Muchas gracias Manel por tus ánimos y tu comentario jeje. La verdad es que yo me noto cansado… Incluso tras el escándalo de PRISM, que es algo enorme, no se ha creado una mínima conciencia de la responsabilidad que tenemos todos vigilando al vigilante. Seguramente una mirada en perspectiva nos demuestre precisamente que no vamos tan mal, tan sólo es que hay mucha historia por deshacer… jeje.
Un abrazo,
Me parece a mí que en general nos ponemos todos muy modernos con nuestras redes sociales y nuestros smartphones, pero luego es aquello de si no lo veo no lo creo: el no estar gritando en medio de una plaza lo que hacemos, o ponerlo todo a través de *nuestro* ordenador, en nuestra casa, nos engaña seguro, nos da una falsa sensación de privacidad.
Ahí los psicólogos, antropólogos y demás tienen un filón grande, grande ;·)
Hasta luego!
Tremendo, todo lo que puedo decir es que no sabía que Schneier tenía el pelo largo. La Vigilanta está verdaderamente cansada :)
No te culpo… yo mismo no me arranco con la mitad de las cosas que en otro tiempo me abrían hecho escribir, y escribir mucho.
Yo hace un tiempo que vi que tenía el pelo largo, pero me quedé igual de sorprendido que tú… jaja.