«Yo me senté, me quité los zapatos y hundí los pies en la fría arena. A lo lejos sonaron las campanas de la iglesia. Miré a mi alrededor. La arena, el mar, el horizonte. No había indeseables a la vista. Estaban en la iglesia, perdiéndose todos los milagros».
– Alfredo de Hoces, Fuckowski, memorias de un ingeniero.
El balneario hoy estuvo muy tranquilo. Ese sitio es diferente, pero en un día tranquilo es verdaderamente cautivador, maravilloso.
Qué pena que haya quien quiera proyectar ahí mismo un puerto deportivo. La decadencia de ese lugar es muy estimulante, tanto que no puede dejar indiferente a nadie.
Sip… y, además, tras años de intentar detener ese plan parece que al final ese sitio (y las historias que contiene) se perderán para siempre. Ya aprobaron el aumento de presupuesto (un 400% del inicial, hasta las 400.000 euros…) para llevar a cabo la destrucción. Qué pena, sí.
Dime si contemplando esa estampa no sientes parecido a D. Manuel Alcántara ….
POR la mar chica del puerto
andan buscando los buzos
la llave de mis recuerdos.
(Se le ha borrado a la arena
la huella del pie descalzo
pero le queda la pena.
Y eso no puede borrarlo.)
Por la mar chica del puerto
el agua que era antes clara
se está cansando de serlo.
(A la sombra de una barca
me quiero tumbar un día;
echarme todo a la espalda
y soñar con la alegría.)
Por la mar chica del puerto
el agua se pone triste
con mi naufragio por dentro.
Manuel Alcántara
¡qué bonito!, aunque un poco triste…
pásalo bien estos días. a ver si a la próxima nos vemos :)