¿Recuerdan los tiempos en que las páginas lucían botones orgullosos del tipo «se ve mejor en Netscape 800×600» o «diseñado para Internet Explorer 5.5»? El diseño específico para navegadores es una lacra que nos ha acompañado durante gran parte de la historia de la web. La peor situación se dio cuando Internet Explorer acumuló más del 90% de usuarios y tuvo la capacidad de ignorar deliberadamente los estándares. Es una situación aún presente: los navegadores de Microsoft siguen sin atender totalmente a estándares, de forma que elementos de CSS3 que se verán correctamente en otros navegadores, seguirán sin ser operativos en IE. De las viejas versiones mejor ni hablamos.
Aquella pesadilla tuvo su final con la llegada de Firefox, que conquistó el corazón de los amantes del software libre (que corrieron a instalárselo a sus amigos) y acabó con el monopolio de Internet Explorer.
¿Podría un declive de Firefox devolvernos a la situación anterior, con desarrollos no estándares? Comencemos por ver la evolución de cuota de usuarios de los navegadores más usados, que recojo de ExtremeTech:
Innegable: Firefox ha pasado en algo más de dos años de tener más del 30% a tener algo más del 20%. Y eso que Mozilla intenta mimetizar los ciclos de Chrome. Las cifras pueden variar para webs concretas. Para Versvs, los casi sesenta mil visitantes de los últimos 30 días llegaron con Internet Explorer (29.5%), Firefox (27.7%) y Chrome (26.8%), seguidos de navegadores móviles (Safari y Android, con un 7% cada uno). Es este último detalle (el de los navegadores móviles) el que representa un peligro para la web estándar que Firefox ayudó a impulsar.
Tanto Safari como el navegador de Android están basados en el mismo motor: webkit. Y con el gran dominio de los navegadores basados en Webkit, resurge la vieja polémica de adaptar la web al navegador, y no al revés.
Coincido con Alma Fernández en que es una situación que hay que evitar a toda costa. Como alternativa se propone, tanto en el blog de Alma como en el de Eric Meyer (uno de los referentes en estándares web), una agilización en el desarrollo de estándares por parte de la W3C.
Ahí es donde me temo que reside el problema: ¿es posible agilizar ese proceso? Hace años hablábamos de la «estandarización por corporativización». Esta situación podría ser aún más delicada: Google y Apple tienen una capacidad de avance con webkit tal que la W3C tendrá problemas para seguir el ritmo extendiendo el estándar a tiempo. En cierto modo, es algo parecido a lo que sucede con los SMS y los nuevos actores tipo WhatsApp: la burocracia de desarrollo del estándar es a la vez solución, pues permite generar un consenso fuerte, y causa del problema.
Y como en el caso de los SMS, no hay una solución sencilla. Firefox aún es un actor muy relevante en la web, pero no tiene control en la escena móvil, que es la arena donde el software libre se lo está jugando todo, y no se vislumbra un cambio en esa situación. De cara a los estándares, la única solución es que los desarrolladores sean fuertes y se ciñan al mismo a la hora de desarrollar, pero ¿será esa solución viable si las nuevas funciones implementadas por los navegadores webkit permiten virguerías mucho allá de lo que permite la W3C? Creo que una respuesta afirmativa a esa pregunta tiene más de wishful thinking que de realidad.