Hace un tiempo dediqué un post a un asunto que creo que define de forma casi clarividente la desidia legislativa en torno a la privacidad y el porqué de la laxitud de las normas en torno a estos asuntos. Lo titulé La vida privada como producto y resume porqué tanto estudios de publicidad como la denominada web 2.0 y los gigantes que promueven el software como servicio disponible desde la nube quieren conocerlo todo sobre nosotros.
Hoy me entero que en Estados Unidos hay profesores que ven con buenos ojos incluir publicidad en los exámenes y que ya han comenzado a vender anuncios en los pies de página de los exámenes (USA Today via Fernando Tricas). Se justifica esto diciendo que de esta forma se mejoran los medios de que disponen para dar clase, a mí me parece un intento de justificar lo injustificable: que el Estado no dedique una parte suficiente de los impuestos a dotar de los medios necesarios a las escuelas públicas.
Y sin embargo, volvemos al primer párrafo: la publicidad actual consiste en tomar cualquier cosa en la que no haya anuncios incluidos, para en ese mismo momento añadirle anuncios. Por supuesto, el mayor páramo virgen de publicidad es nuestra propia vida privada. Los exámenes de la escuela no parece que vayan a ser una excepción.
¿Por qué no prohíben esa práctica? Porque les viene bien dejar sin regular esos ámbitos, una norma sobre la no inclusión de publicidad en exámenes podría contagiarse como la gripe y liquidar todo un mercado que se está gestando en torno a nuestra vida privada.
La crisis. Dicen que el profesor lo hace por la crisis, no lo sé. Si es por falta de medios, ¿qué demonios hace el estado? El estado está siendo secuestrado por grandes timadores que después de haberse llevado el dinero acuden al ente público con una oferta que no podrá rechazar: «todos saben que hemos robado, pero si no me das ahora mismo todo el dinero de la caja, anunciaré la bancarrota y miles de personas irán al paro, ¿ha quedao clarito?».
Maquiavélicos. Los rescates, digo, mientras las escuelas no tienen medios. Maquiavélico que no se impida que se puedan vender anuncios en exámenes. Maquiavélico tanto el caso de que el estado dedique fondos suficientes (y permita que este profesor mercadee de esa forma) como en el caso (probable) de que no lo haga y esté jugando a mantener ignorante a los niños. Lamentable, en cualquier caso.
Actualización: DZPM nos deja un comentario aclaratorio: los anuncios son una medida de presión del profesor contra el Estado. A lo que volvemos a lo de antes: ¿qué coño hace el estado si no es gastar el dinero en escuelas públicas?.
Leí esta noticia «en directo» en slashdot, y no es lo que parece: por lo visto es una medida «de presión» del profesor, para conseguir fondos para la escuela. Desde el distrito no le financian, y su manera de denunciarlo es esta (y si es efectiva, que estamos hablando de ella).
Saludos.
Gracias por el importante detalle, David.
… estaban impresos con publicidad. ¡los 500!
Salud
Alguien nos vigila a todas horas
http://elproyectomatriz.wordpress.com/2008/12/16/alguien-nos-vigila-a-todas-horas/