Esa parece ser la moda que viene. A dos empleados de CityWatcher, una compañía de seguridad estadounidense les han implantado un chip RFID que los identifica electrónicamente. Se trata, claro está, de los dos únicos empleados con acceso a la cámara acorazada y los chips son, como podéis imaginar, fabricados por VeriChip.
Es el primer caso de trabajadores estadounidenses que son identificados electrónicamente vía implantes de chips RFID subcutáneos.
Cada vez me gusta menos, pronto el que no quiera ponerse uno de esos implantes no podrá acceder al puesto de trabajo y me juego lo que sea a que además serán tratados como parias y sospechosos habituales… Y lo peor, todo lo malo se pega, ahora están allí pero llegarán, llegarán… Y espero que no nos pase como en el poema de Bertolt Bretch…
Fuente: Financial Times
Vía: La opinión alternativa > George Monbiot.
nos van a terminar marcando a todos como al ganado y lo peor de todo es que la gente va por la vida de «libre»…