Aléjate del ruido de las redes, devuélvete a ti mismo el tiempo para pensar

En The Asynchronous Life, Om Malik cuenta algunas cosas que reverberan con otras que he leído a Pere recientemente en su Només 5 Línies. A saber: que desconectar del frenetismo informativo al que nos sometemos voluntariamente es muy positivo para el pensamiento complejo. Y pocas cosas son tan valiosas como el pensamiento complejo, que es lo que nos permite avanzar.

Alejarnos del ruido cotidiano de las noticias y del miedo a perdernos cosas en servicios y medios tóxicos como Facebook o Twitter y su agotador timeline nos permite volver a pensar durante más rato en un mismo problema, sin que nos cambien el foco, dándonos tiempo para conjeturar y elaborar pensamientos más complejos, más sofisticados. Dice Om Malik:

No creo que podamos estar desconectados — necesitamos la red para cosas básicas de nuestra vida. Y aún tenemos la colmena [nota: el ruido de las redes sociales] a una aplicación y un tap de distancia.

Pero hay una opción. Podemos ser asíncronos o conectar cuando lo necesites. ¿Quieres oir Spotify? Conecta. ¿Quieres llamar un Uber? Conecta. ¿Quieres pagar unas facturas? Conecta. ¿Necesitas Amazon? Conecta. ¿Quieres socializar? Ve a tomar café, o invita a un amigo a tomar café. ¿Quieres informarte? Evita los servicios de red social. En su lugar, lee uno o dos libros.

Aunque de otra forma, en notas dispersas y más a vuela tecla que otra cosa, Pere se expresaba en términos parecidos. Las redes nos distraen con un doble efecto negativo: nos imponen una agenda que en realidad podríamos y deberíamos evitar, y al ocupar nuestro pensamiento con la ansiedad que generan, nos privan de mirar a los problemas con perspectiva y de reflexionar lentamente sobre ellos. No sé si Google nos está haciendo tontos, como rezaba el libro aquel, pero sí que opino que servicios como Twitter o Facebook nos impiden alcanzar nuestro potencial intelectual, nos empantanan.

El principal problema con estos servicios para redes sociales es el esquema de notificaciones y aplauso de poco valor con el que nos enganchan, que recurren por diseño a los esquemas de recompensas variables que tan nocivos son por la adicción que generan. Este tipo de tretas psicológicas se ha usado tradicionalmente en las máquinas tragaperras, y ahora alimentan esa plaga contemporánea que son las apuestas online y los locales de apuestas que proliferan en nuestros barrios. Son también la base del sistema adictivo de los servicios de redes sociales.

Hay un par de buenos artículos de Hugo Sáez sobre este tema, muy divulgativos. En ellos, Hugo habla del rol de la dopamina, sobre la que sabemos que podemos literalmente engancharnos a su presencia en nuestro organismo y sentir abstinencia (incluidos dolor y miedo) cuando no desencadenamos la descarga de dopamina a la que nos hemos enganchado. Comenta Hugo:

En el caso de las redes sociales, el sistema de recompensa variable busca generar estos loops de dopamina con la intención de que no abandonemos las plataformas. Al fin y al cabo, cuanto más tiempo pasemos en ellas más anuncios veremos y por lo tanto más dinero ingresarán gracias a la publicidad. Para crear estos loops utilizan varios recursos, aunque el más importante son las notificaciones constantes.


Las notificaciones pueden ser sonoras, visuales o de movimiento (vibración del móvil) y son la señal para introducirnos en el loop, ya que nos generan la curiosidad necesaria para buscar una recompensa. Sin ellas las redes sociales no atraerían tanto nuestra atención ni conseguirían el comportamiento.

¿Por qué una notificación se equipara a una recompensa variable? Porque quizá estás esperando que una persona en concreto le de Like a esa foto, o te retuitee, y en ocasiones será así, y otras veces te llevarás el chasco y será otra persona interactuando con otro mensaje diferente. Bummer. Decepción. EMOSIDO ENGAÑADO.

Si unimos todo lo comentado en este post junto a lo que ya mencionamos en De Hannah Arendt a Facebook, no se me ocurren motivos por los que empecinarnos en el uso de éstos. La única opción sensata es usar estos servicios de red social con tanta frugalidad como sea posible, y nunca como fuente de información primaria.

Creo que ése va a ser mi propósito personal para el curso que estamos comenzando. Si a primeros de año decidí retomar el blog más en profundidad, y creo que he mejorado bastante respecto de a los dos o tres años anteriores, el siguiente paso es dejar de lado los servicios de internet que alimentan dinámicas tóxicas. Espero conseguirlo, deseadme suerte.

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.

8 comentarios

  1. Me apunto, lo veo necesario. Yo voy a volver más al RSS con feeds de calidad y menos a lo social. Y vuelta al blog, aunque sea para un tema tan concreto como el golf ;)

    1. No se trata de ignorar que hay otros servicios donde uno puede comunicarse, sino de ser conscientes de las dinámicas nocivas que promueven sin que nos demos cuenta, para permanecer en control de nuestras redes, y no al revés :)

  2. ¡Buena suerte!

    Hace tiempo que dejer de usar las RRSS. Facebook lo borré hace ya tiempo, y Twitter apenas lo uso. Y la verdad es que si quieres hacer cualquier trabajo creativo (como escribir), tienes que alejarte un poco de las RRSS.

    El problema está en que, ser consciente de los trucos no es suficiente. Al final nos influencian a nivel subconsciente y ahí no somos capaces de controlarlo. No digo que sea imposible estar en control, pero es muy complicado.

    A mi todavía me pasa con el móvil. Mira que tengo todas las notificaciones apagadas y demás, pero con apps como Whatsapp es súper complicado estar en control. De una forma u otra son capaces de generar esa dopamina en el cerebro, aun teniendo todo desconectado (“a ver si me han escrito”).

    ¿Deberíamos volver al nokia 3310 y los sms? Hmmm…

    1. Ahí siempre me pareció muy valiosa la capacidad de algunas personas, como Bianka para silenciar todas las notificaciones del teléfono.

      PS. Mi Nokia 3210 al que tanto quise no sería una solución a menos que le desinstalemos primeros la serpiente… je, je.

  3. Suerte Jose,

    Yo hace muchos años que me quité de FB y unos pocos de Twitter. Y no he vuelto al blog demasiado por algunos motivos. Pero me ha quedado la sensación de estar fuera de juego en multitud de conversaciones o de no estar en la agenda del momento. Mi capacidad de dialogar, teniendo en cuenta que mucha gente te contesta con tuits o argumentos tuit, se ha resentido mucho a pesar de lo que esperaba de dejar Twitter ( http://antroposcopio.querolus.org/2016/01/01/twitteroff/) (por cierto, ahí sales mencionado)). Sí he ganado en algo… En tiempo para leer, leer cosas largas. Y eso, no se por qué, me va a dar más alegrías en el futuro. Dopamina pero de la long term potentiation. De todas formas en EEUU la conversación digital ya se está produciendo en estos términos. Las RRSS incentivan el slogan directo, sin matices, sin grises, al sistema limbico y eso es la receta idonea para conseguir adhesión u odio sin posibilidad de reconciliación. Ojalá se salgan tod@s.

    1. Yo volví a Twitter ya tarde, y en consecuencia no me quedó otra que marcharme también de los últimos.

      Al blog logré volver (un poquito, al menos) este año, pero por motivos obvios tampoco puedo dedicarle el tiempo que quisiera. Espero, eso sí, recuperar tiempo para leer más libros :)

      ¡Ya te contaré!

    1. Esas listas son personales y es lo verdaderamente potente de eso: porque tus intereses son personales e intrasferibles y la lista te aprovecha sobre todo a ti. Te recomiendo que suscribas cualquier feed que te parezca interesante, ensayo y error: si deja de ser interesante lo borras, si publica poco pero interesante, merece la pena porque la relación señal-ruido es alta, y en estos tiempos de ruido, eso es positivo :)

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