Cuando hace un mes se anunció que el Active Denial System iba a ser empleado en Afganistán, comentamos en este blog:
«Se use o no este tipo de armas en Afganistán, el avance en este campo es evidente y supongo que es cuestión de tiempo que este tipo de dispositivos acaben operando primero en conflictos armados y, posteriormente, como parte de todo el abanico de tecnologías de control de multitudes: desde las tradicionales furgonas con chorros de agua a las que emiten pitidos y, porqué no muy pronto, molestos chorros de calor, añadiéndose a otras tecnologías como la videovigilancia, que fue originalmente aplicada a la población reclusa.»
No íbamos mal encaminados. Ahora parece que aunque los militares se negaron finalmente a ello y no lo van a usar en Afganistán. En cambio, la población reclusa de Los Ángeles va a sentir en sus carnes lo que es el Active Denial System. En ese caso, más que un arma de guerra es un instrumento de control. ¿Te mueves fuera de la cola? Chute de milimétricas.