Cuando el dedo apunta al cielo, el tonto mira al dedo. Es un proverbio que siempre se ha cumplido con certidumbre. Y ahora vamos a aplicar el proverbio a la situación de españa (y el español) en la red de redes.
El español es el 4º idioma con más hablantes nativos (1º Chino, 2º Inglés, 3º Hindi, 4º Español). Sin embargo, está lejos de ser el 4º idioma más activo en la red, superado por otros como Japonés, Francés o Alemán que cuentan con una cantidad nativa de hablantes claramente inferior.
La brecha digital entre España y los países de la UE no para de crecer. Estos países promedian velocidades más altas a precios más bajos, lo cual hace que la tasa de suscripciones a internet y el uso de internet por sus ciudadanos sea mucho más elevado.
¿Qué hace nuestro gobierno para solucionar este problema? Pues toma medidas como pedir a Bill Gates el dominio de la «ñ» (alguien debería haberle dicho a esta mujer cómo funcionan las cosas…), contribuye al monopolio más olvidado de Microsoft permitiendo que digitalice e incluya una familia de fuentes tipográficas clásicas españolas que al estar digitalizadas por MS pasan a tener licencia de Microsoft, o la tontería del día: El Instituto Cervantes (institución pública que se dedica a promocionar el español con dinero público) alcanza un acuerdo con Google para convertir al español en el segundo idioma de la red.
¿De verdad para promocionar el español en la red hay que pegar a la puerta de Google? ¿De verdad pedir la Ñ es promocionar el español? ¿Incluir una tipografía quijotesca es lo mejor que se puede hacer para llevar la cultura española a la sociedad digital?
Yo diría que no. Mientras se pierde el tiempo con esas sandeces, en España pagamos en «banda ancha» casi el doble que en otros países de la UE, y nuestra «banda ancha» no sería «banda ancha» en esos países (por eso la pongo entrecomillada). Internet en España es caro. La banda ancha sigue siendo un lujo. Y mientras eso sea así, el español tiene la guerra perdida con el inglés, el japonés, el francés, el alemán y hasta con el esperanto si nos descuidamos.
Una rebaja de precios, eso es lo único que puede ayudar a que el español se convierta en un idioma usado en la red. Los acuerdos con Google (que por cierto suenan casi a un acuerdo de suscripción bibliotecaria), los acuerdos con Microsoft (toma nuestra fuente y cóbranos por hacer de ella -nuestra ex-fuente-) un uso limitado) y las peticiones a Bill Gates (gracias por la ñ, Bill), nada de eso sirve para nada.
Si el gobierno gastara en promover el uso de internet todo el dinero que se gasta en hacer campañas institucionales antipiratería (a mayor gloria de una panda de mediocres -no daré nombres, no daré nombres-) ya estaría haciendo algo útil, pero es que hasta eso lo hacen mal. Si internet es un nido de pederastas que bajan música (así todo revuelto y sin avisar), ¿cómo vas a motivar a alguien a que participe de la red? La barrera de entrada se levanta artificialmente.
Una rebaja de precios, que tener una suscripción de banda ancha no sea un lujo, que darse de baja de un operador que no cumple no sea un calvario. Eso… es lo único que hará que la gente vaya a internet. Y sólo cuando millones de personas se conecten a internet y comiencen a usar su idioma (en este caso, el español) para comunicarse, sólo en ese momento el español podrá ser algo en la red. Se quejan de que no hay webs en español, que se usa poco. Alguien dentro de algún ministerio debería preguntarse: ¿Las webs se hacen solas o las hace la gente?
Cuando el dedo apunta al cielo, el tonto mira al dedo. ¿Les ha quedado claro?
«Alguien dentro de algún ministerio debería preguntarse: ¿Las webs se hacen solas o las hace la gente?»
Se hacen solas ¿no?
Fatal… sirva este comentario como rectificación ;)
Lo de la ñ me subleva. ¿Cuánto dinero, cuánto esfuerzo se ha invertido en esta gilipollez? Esa ñ en el nombre de dominio de tu página web te lleva al ostracismo, al provincianismo, porque nadie sin un teclado español va a poder jamás llegar a ti. Es una cosa tan contraria a la naturaleza global de Internet, que hasta me ha salido un sarpullido.
Pero eso sí, ahora hasta mi madre, analfabeta digital, me dice que «ya se puede usar el castellano en Internet y es un gran logro».
Electoralismo.