«Cuando un hombre no es libre, ningún hombre es realmente libre. Estamos todos esperando el desarrollo económico y el comercio justo, pero la política de miras cortas enfocada en suavizar el embargo mientras no se producen cambios en el respeto a los derechos humanos y a la legalidad en China dañará la conciencia humana y animará a los que actúan de forma malvada, retrasando la llegada de la democracia a China.»
– Shengde Lian, que fuera lider estudiantil durante la revuelta de Tian An Men en 1989 y director ejecutivo del movimiento Liberad a China (Free China)
¿Qué pensarán de eso nuestras empresas de internet preferidas, tan acostumbradas a bajarse los pantalones en China? Google, Yahoo!, MSN y todas las demás; nuestros gobiernos, la UE, la ONU, los gobiernos autonómicos, Repsol. Todos se bajan los pantalones para no perder ni un euro. ¿De verdad es en estas personas en quien debemos confiar? ¿De verdad estamos seguros dependiendo de Google para tener una buena experiencia en Internet? ¿De verdad nuestro gobierno es justo con nosotros cuando no es capaz de solidarizarse y presionar para que el gobierno Chino no oprima a sus ciudadanos? ¿Qué os hace pensar que somos muy diferentes de los chinos? Si fuera al revés nadie saldría a ayudarnos, también nos pudriríamos bajo una dictadura (de hecho nuestros abuelos se pudrieron en una y nadie los ayudó; y demos gracias a que Paco Pantanos murió antes que nuestros padres consumieran su vida).
Lo interesante del problema chino sin embargo no es todo lo que digo antes, por otra parte típico, manido, usado. Tan gastado y tan de sentido común que todos (o eso espero) compartirán mi misma visión sobre ese asunto. El problema real es que desde nuestros gobiernos se nos vende que el libre comercio y el neocapitalismo ayudará a llevar la democracia a China cuando la realidad es muy diferente: para proteger el comercio se destina cada vez más dinero a tecnologías de control de aduanas y de mercancías. Para que no haya contrabando, para que no haya atentados que pongan en peligro una ruta comercial. Para asegurar el comercio nos imponen medidas de control excesiva, para regular los desequilibrios productor/importador cierran las fronteras al tráfico de ilegales y para que no se nos ocurra hacer algo indebido nos vigilan a todos, reduciendo nuestras libertades.
Dicen que el libre comercio traerá la democracia a China y a otras dictaduras del mundo, pero la realidad parece justo lo contrario: para proteger el libre comercio se eliminan libertades en occidente. Y dicen también que el comercio debe darnos la riqueza que necesitamos para mejorar nuetras ciudades, pero resulta que es al revés: cada vez una parte mayor del presupuesto se dedica a radáres, escáneres, análisis de mercancías en puertos y aduanas. Y ese dinero se quita de la partida destinada a nuestras ciudades y a nuestras gentes (educación, sanidad) y se emplea en proteger las rutas de comercio y los bancos que especulan con enormes fortunas a lo largo del globo, depositando en todo momento su dinero en uno de los paraísos fiscales estratégicamente repartidos a lo largo de los 24 husos horarios (para que a todas horas sea posible el desfalco).
Dicen, y dicen, y dicen. Todos mienten. ¿Seguro que no nos hemos equivocado en nada?
[Nota: a la cita de arriba he llegado a través de mi badge de Irrepresible.info]