Como siempre que el futuro se nubla, la conversación pendula en torno a las oportunidades, o falta de ellas, para capear esa situación adversa y cómo afecta esto especialmente a los jóvenes.
La grave situación de paro en España condiciona todo. España tiene un paro inaceptablemente alto. La situación de los jóvenes es estándar si comparamos con Europa, con su tasa de paro siendo el doble que el paro general, que es lo que pasa en toda Europa occidental. El problema es que el paro general es altísimo.
Así, si uno escucha lo que los veinteañeros comentan ahora descubre que la queja es muy parecida a la que tenía la generación previa cuando teníamos los mismos 20-25 años. Que si no hay trabajo y el que hay es precario, que hay una generación que hace tapón, que si nuestros (y ahora sus) padres vivían mejor a su edad, que nunca van a tener una casa.
Repeticiones generacionales: ¡las nuevas generaciones dicen lo mismo que decía la mía! No sirve de mucho explicarles que no son los primeros en sentir eso, en cierto sentido esa primera adultez es como la última adolescencia y esos jóvenes tienen que darse cuenta por sí mismos.
Cualquier intento de traspasar el mensaje es tomado por condescendencia o, peor aún, por simple desconocimiento del drama generacional y grosera falta de empatía.
“Si es que los jóvenes siempre os quejáis por lo mismo”.
O “madre mía los millenials”.
:)
Coñas a prte, creo que lo de la falta de empatía y la negación también forman parte del conflicto generacional.
Seguro que podríamos tener más empatía, eso es cierto.
Mi post no es un reproche, sino más bien la constatación de un problema: debería sernos fácil explicar y transmitir la propia experiencia, tan reciente (generación justo anterior), y no creo que los jóvenes estén sintiendo que reciben mucha ayuda en ese aspecto.