Microsoft acaba de anunciar que se une a la Open Invention Network (vía The Verge), cuyo objetivo es ayudar a defender a Linux frente a litigios vinculados a patentes de software, ya que los integrantes acuerdan poner sus portfolios al servicio de la defensa frente a posibles demandas.
Es una buena noticia, se mire como se mire. No es novedad el apoyo de Microsoft a Linux y el software libre en general, pero este movimiento continúa la suma. Cómo ha cambiado el cuento en unos años, ¿verdad?
Pese a todo, a un servidor le queda el sabor agridulce de ver que el problema de fondo, que no es otro que la existencia de patentes de software, continúa presente e irremediablemente implantado. Otras formas de defender a las empresas que desarrollan software han de ser posibles. Las licencias comerciales son válidas para ese fin y tan legítimas como las licencias libres, por ejemplo, y no imponen el peligro a la competencia que sí instauran las patentes, dañando a la libre competencia, tan importante para la innovación.