Un discurso que David Foster Wallace dio en 2005 con objeto de una graduación de estuadiantes universitarios es sensacional sobre dotar de sentido nuestro día a día, cualquiera que sea aquello a lo que dediquemos los días. Se suele comentar bajo el nombre de This is water y les recomiendo dedicarle unos minutos.
The really significant education in thinking that we’re supposed to get in a place like this [university] isn’t really about the capacity to think, but rather about the choice of what to think about.
No es que necesites ir a la universidad para aprender a pensar. Si lo piensas bien, el hecho mismo de entrar a la universidad debiera significar que ya sabes pensar. En realidad, lo que de transformador ha de tener una experiencia como estudiar en la universidad es en la capacidad de elegir cómo interpretar lo que pensamos, sobre qué pensamos y en qué terminos lo hacemos, así como construir sentido de lo que hacemos día a día.
No se me ocurre una forma de contrastar más directamente el relativo fracaso de la universidad española a muchos niveles que la insaciable producción de egresados frustrados.
Al hilo de esta reflexión sobre ser capaces de dotar de sentido a nuestros días y huir de ese comportamiento instintivo también habla sobre no sobre-intelectualizar las cosas, algo en lo que sé que aún tengo bastante que mejorar.
Probably the most dangerous thing about an academic education–least in my own case–is that it enables my tendency to over-intellectualise stuff, to get lost in abstract argument inside my head, instead of simply paying attention to what is going on right in front of me, paying attention to what is going on inside me.
Hay muchos pasajes que merecen reflexión en el mismo, a pesar de que aquí os he dejado una frase que me sirve para enlazar con una conversación anterior en este blog al hilo de una conferencia con Harari y Friedman en la que volvíamos a destacar el realismo de Friedman centrado en cómo es el mundo frente a Harari describiendo como podría o debería ser.