Comentaba hace unos días Pere en su canal de Telegram que:
La criptomania ho està inundant tot. No sé si és bo.
Y es cierto que últimamente hay un cierto runrún, no me atrevería a decir hype, en torno a cifrar cosas. No es solo que WhatsApp prometa cifrar tus mensajes end-to-end, sino que tecnologías como Blockchain tienen como parte de sus reclamos el cifrado de las transacciones.
En Wired se hacen también eco de este rumor en torno a la tecnología de cifrado, y apuntan a un motivo tras su crecimiento:
Privacy advocates and venture capitalists want to circumvent the tech giants with apps using encrypted data stored on networks of computers.
Más allá de Chris Dixon explicando la relevancia del fenómeno o Tim Berners-Lee mostrando su preocupación ante la deriva de la web actual, tenemos también a los inversores y la generación que ayudó a montar a los grandes gigantes de Internet actuales.
Some parts of the emerging decentralized internet have serious backing from people who helped build the current generation of tech giants, with their centralized services. Now that their creations are proving difficult to compete with, venture capitalists appear to be seeking returns elsewhere.
La tecnología sigue su camino, y eso siempre es excitante. La nueva descentralización es la respuesta a la intensa recentralización de la última década y media; el latido de un corazón -el de Internet- que se contrae y se dilata para seguir funcionando.
Pero creo que hay motivos de sobra para preguntarse si todo este cambio en torno al cifrado es positivo o no lo es. De entrada, podría serlo, pero hay demasiadas incertidumbres como para afirmarlo sin más, al menos por ahora. Al fin y al cabo, si de verdad los mismos emprendedores y los mismos inversores que crearon a los gigantes actuales están tan representados entre esos nuevos proyectos, ¿sabrán concebir otra forma de hacer las cosas?