Analizar la situación económica global, extremadamente turbulenta desde el pasado 2007, nos empuja irremediablemente a cuestionar el que es, quizá, el monopolio secular más importante del poder central (antes monarquías absolutas, ahora estados nacionales): la emisión de moneda.
Douglas Rushkoff explica en su último libro, Program or Be Programmed que:
By the Late Middle Ages, the bazaar was working so well as a peer-to-peer economy that the aristocracy began to fall. As the former peasants rose to become a middle class of merchants and crafts people, they were no longer dependent on feudal lords for food and protection. Families who had been in power for centuries were losing ground.
(…)
The royals hired some finance experts to help them reverse the trend, and they came up with two major innovations. The first, centralized currency, required that no one use any means of exchange other than the coin of the realm—which had to be borrowed from the royal treasury, at interest. This was an easy way for people who already had money (the aristocracy) to make money simply by having money. The second invention, the chartered corporation, prohibited anyone from competing against one of the king’s officially sanctioned monopolies. Simply stated, no one could be in business for himself anymore, but had to work for one of the companies in which the king had invested.
Tiene razón Rushkoff en que emitir la divisa de referencia otorga beneficios inmediatos a quien la emite. En Estados Unidos, el debate sobre la debacle que supondría una migración internacional a otra divisa de referencia no deja lugar a dudas. Comentaba Dave Winer en su blog el pasado verano:
I don’t think people appreciate how much our way of life is subsidized by the fact that the dollar is the reserve currency. Once that’s gone, and a default will kill that for good, we’re hosed.
Efectivamente, la evolución de la maquinaria financiera ha puesto en entredicho la capacidad de los actuales detentores de los monopolios de impresión de divisa. Así, mientras el monopolio de la propiedad intelectual es insostenible en la red neutra actual y necesita una alianza global de estados nacionales para mantener vivo el artificio, el de impresión de moneda está tan tocado en la situación económica actual que la búsqueda de alternativas crea uno de los entornos más dinámicos de desarrollo social del momento.
Mientras los estados se vuelven a aliar para intentar fortalecer la renta que obtienen de la emisión monopolista de la moneda, y acuerdan activar una tasa a las transacciones financieras de ámbito transnacional, conocida como tasa Tobin, 2011 ha sido el año de la emergencia definitiva de las criptodivisas. Y entre las muchas criptodivisas que se han diseñado, Bitcoin goza de una posición de privilegio.
Durante todo el año, el Bitcoin ha sido objeto de debate acalorado: su cotización ha sido muy elevada frente al dólar (en junio cotizaba por encima de los 30 dólares), pero eso no consiguió despejar las dudas al respecto. Tyler Cowen preguntaba por el largo plazo, mientras otros saltaban a la nueva criptodivisa.
En el último trimestre, una serie de errores hundieron su cotización el pasado noviembre, al hacerse pública una supuesta vulnerabilidad.
Defendí hace ya muchos meses que el mayor apoyo a Bitcoin no era su fortaleza técnica, sino la presión externa ejercida desde entornos legales. Desde entonces, la UE acordó aprobar la tasa Tobin, lo cual empujará a más personas a buscar refugio no sólo en Bitcoin, sino en sistemas tipo Hawala:
el papel que ante la aplicación de un sistema como éste podría desempeñar algo como la Hawala, que minimizaría y en muchos casos lo burlaría, que lleva siglos usándose y que si la nueva restricción llega a hacerse efectiva seguro se extenderá rápidamente.
El enlace dentro de la cita teoriza, a su vez, con lo que los hechos comienzan a poner en evidencia para los analistas en Estados Unidos: Bitcoin como el competidor futuro de Western Union:
Western Union moved $70 billion across borders in 2010, earning about $1 billion in profits. There’s no Bitcoin Inc. to compete directly with Western Union, but the owners of Bitcoins can be thought of as shareholders in a decentralized Western Union alternative. If the Bitcoin network captures a small fraction of Western Union’s money-transfer business, the currency’s current «market capitalization» of around $30 million could wind up looking downright puny.
Pese a los fallos de seguridad, la moneda peer-to-peer se ha mantenido estable su valor continua siendo alto frente al dólar. La conclusión aparente es que las criptodivisas van a seguir estando presentes en el tiempo por venir, al menos durante 2012. Y el corolario es que cada día que pasa y Bitcoin se afianza como metadivisa (divisa de intercambio), su credibilidad aumenta… lo cual le da un cierto aire de profecía autocumplida en el medio y largo plazo, y podría asegurar su valor. Bitcoin, en ausencia de prohibiciones, no necesita Hawala porque la lleva dentro, al menos mientras Internet no tenga fronteras. Las criptodivisas llevan en su código genético todo lo necesario para convertirse en ese Western Union global, instantáneo y optimizado. Además, al ser a la vez p2p y libre nos entrega una herramienta que, en el largo plazo, difícilmente será objeto de especulación pues no será controlable por un único ente y, al posibilitar transacciones anónimas, previsiblemente será muy usado en mercados negros, pero también en los grises, siendo estos últimos el auténtico ejemplo de que enfocar el mundo como conjunto de países-mercados aislados y aislables atendiendoa criterios geográficos crea y legitima todo tipo de situaciones paralelas.
En 2009 delineábamos sistemas de compra y venta identitarios en La democracia económica y el Bazar, idea que fue finalmente recogida, ampliada y llevada a la práctica por Garum Fundatio en la herramienta del mismo nombre, Bazar, uno de los proyectos libres más prometedores de los últimos tiempos.
Cualquiera puede sumarse a la nueva ola, pero en un mundo globalizado donde cada vez más los mapas (de relaciones, de mercados) no son geográficos sino de un nuevo tipo, serán precisamente este tipo de herramientas libres para comprar y vender por Internet, como Bazar, las que partan con mayor ventaja para abrir, frente a una cerrazón monopolística que dura siglos y responde con autoritarismo cuando la situación se tuerce, la puerta de la libertad y la autonomía. En definitiva, es el software libre, a la vez padrino ideológico y ADN de las criptodivisas, el que tiene en su mano convertirlas en una herramienta extendida y común que sea verdaderamente empoderadora.