Denominamos efecto red al colateral positivo que se produce cuando la incorporación de nuevos nodos a una red añade valor a la misma, aumentando el retorno que obtienen todos los nodos de una red (también los pre-existentes a la nueva incorporación).
Cuantificando el efecto red
La cuantificación del efecto red se la debemos a Robert Metcalfe, matemático estadounidense, que en 1976 enunció lo que actualmente conocemos como Ley de Metcalfe.
Según este enunciado, el valor de una red de comunicación aumenta de forma cuadrática al número de sus miembros. Esta ley ha sido modificada parcialmente en la última década, pero el enunciado sigue siendo válido en términos cualitativos y aproximado en términos cuantitativos.
Trabajando con el efecto red en mente
El efecto red juega a tu favor cuando lo posees, y profundamente en contra cuando no lo tienes.
Si se trata de llegar a mercados emergentes, los pioneros ganan tracción rápidamente (también debido a la dinámica de redes descrita por Barábasi).
Cuando llegamos a un mercado con un dominador asentado, el efecto red está de su parte.
Efecto red, Internet y el efecto «todo para el ganador»
En Internet son frecuentes los fenómenos tipo «winner takes all», en el cual diversos servicios o herramientas compiten durante un tiempo hasta que uno de ellos logran mayor efecto red y termina por reducir a la competencia, convirtiéndose en un monopolio sobre el mercado por el que se había competido inicialmente.
Ejemplos de efecto red y sus consecuencias en la web post-2.0
Pese a que el ecosistema de blogs era mucho más numeroso, rico en propuestas y diverso, el asombroso efecto red de sistemas como Twitter logró fidelizar primero a sus usuarios y luego impedir que alternativas superiores desde el punto de vista de la tecnología (véase Jaiku) lograran desbancarlo.
Google Plus también es una herramienta tecnológicamente superior a Facebook, pese a lo cual no ha logrado (aún) tomar impulso, frenado por el potente efecto red que sí posee Facebook.