Se conoce como brecha digital a la divisoria social que genera el acceso o aprovechamiento de la tecnología digital, o su carencia.
Contemplando la brecha digital con perspectiva
En la década de 1990 y a comienzos de la década del año 2000, era común encontrar referencias a la brecha digital en función de que los usuarios tuvieran o no tuvieran acceso a Internet.
Así, se definía la brecha digital con estrecheces, como la separación establecida entre personas según tuvieran posibilidad o no de acceder a Internet.
Según este enfoque reduccionista, estableciendo un acceso universal a Internet desaparecería esta brecha digital.
No es el acceso, es el aprovechamiento
Al aumentar la tasa de penetración de Internet en los hogares (en el mundo desarrollado, alrededor del 80% de hogares cuenta con conexión permanente de ADSL/Cable), se hace evidente que existe el mero acceso a la Red no elimina la brecha digital.
Existe una barrera aún más complicada de salvar, que es la capacidad de aprovechar la tecnología y usarla para conseguir lo que necesitamos.
Ésta es la verdadera brecha digital: la existente entre los que moldean su entorno para adaptarlo a sus necesidades, usando tecnologías digitales, y quienes disfrutan un entorno adaptado por otros para ellos, pero sin saber cómo ni por dónde empezar a tomar las riendas de esta tecnología y personalizar el uso que hacen de ellas.
Recomendado
- Program or be programmed, de Douglas Rushkoff.
En el blog
- Ajustando el concepto de brecha digital con vistas al futuro, marzo de 2008.
- Así que la brecha digital era esto, 2018.