Os voy a contar una cosa. Esa manía que tenéis de llamar metro a lo que no es más que un tranvía es absurda. Refleja complejos grandes.
Málaga tiene un metro, que aunque es subterráneo gran parte del trayecto, no circula a velocidad de tren (ni siquiera de cercanías) sino a velocidad de tranvía. Sevilla tiene otro falso metro, casi gemelo al de Málaga. Y ahora Granada también construye su «metro». Todos ellos no son más que tranvías con ínfulas.
Madrid no se libra: y tiene «metro ligero» en diversas zonas. Valiosa mención para diferenciarlo del servicio de metro real, ese que todos identificamos conceptualmente con ese nombre.
Todo esto es absurdo. Grandes ciudades europeas como Zürich, Viena, Dortmund, y Düsseldorf tienen tranvías (estas dos últimas también tienen metro) y lo llaman por su nombre. No muere nadie por ello. Ningún politico tiene que dimitir por ello. Nadie en esas ciudades se siente más subdesarrollado ni más de pueblo por tener tranvías en lugar de metros.
Pero no, aquí el postureo comienza en la administración. Los primeros en hablar de metro, aunque no lo sea, son los alcaldes. Y lo hacen por miedo a que se les juzgue mal. «El alcalde fulanito quiere montar un tranvía, a estas alturas, quiere volver al pasado». Así que lo llamamos Metro porque la gente quiere sentir que vive en Nueva York.
Sevilla, o Granada, o Málaga, tienen una tasa de paro ensordecedora y apenas nadie se plantea mover el culo, pero quieren sentir que no se pierden nada y que viven en la cresta de la ola en una ciudad que tiene de todo, y de la que en consecuencia no hace falta moverse aunque no haya empleo ni para apartar las moscas.
La responsabilidad no es exógena. No basta con culpar al político. El principal incentivo de todo político es perpetuarse en el poder, en este lugar y en este momento eso pasa por ganar las próximas elecciones, sean cuales sean. El político exagera porque le va en ello su empleo y su renovación, y en este tema exageran semánticamente porque sus votantes así lo reclaman. Sí, la responsabilidad esta vez tampoco es únicamente «de otros». Los políticos miente interesadamente como aduladores que son, diciendo exactamente lo que su público – sus votantes -, quiere oír.
Y si para ello hay que dejar de llamar a las cosas por su nombre, así sea. Aunque el resultado sea una inflación lingüística exasperante, e insostenible.
Después de leer tu artículo me he lanzado a consultar en la RAE las diferencias entre metro (metropolitano) y tranvía, y no queda del todo claro.
tranvía.
(Del ingl. tramway, de tram, riel plano, y way, vía).
1. m. Ferrocarril establecido en una calle o camino carretero.
2. m. Vehículo que circula sobre raíles en el interior de una ciudad o sus cercanías y que se usa principalmente para transportar viajeros.
metropolitano, na.
(Del lat. metropolitānus).
5. m. Tren subterráneo o al aire libre que circula por las grandes ciudades.
Eso no quita para que como indicas el llamar metro a un tranvía no deja de demostrar que a pesar de la crisis no hemos aprendido nada de nada, se sigue buscando aparentar lo que no uno no es.
Oskar.
Gracias por los matices, Oskar. La idea que tengo es que en esa asociación de tranvía a antiguo y de velocidad y agilidad y avance a lo nuevo, si hay que rechazar el tranvía pero a la vez acoger a estos «metro» el único parámetro es el de la velocidad de desplazamiento. Los tranvías son lentos, los trenes mucho mas rápidos. Pero, ¿qué hacemos cuando los trenes son lentos como tranvías? Es un problema de ingeniería: simplificando mucho hay 2 tipos de trenes, los que soportan esos 50-60km/h y los que no. Unos son los que hay en el metro de Madrid (que va pistonudo, incluso ahora en que pasan menos que antes), y otros son los que hay en Málaga/Sevilla, que son muy agradables pero desde luego circulan muuucho más despacio.
En Bilbao, sin ir más lejos, tienes el metro que va hasta Plentzia, y luego tienes el tranvía que rodea por arriba pasando por el viejo San Mamés (no sé dónde está el nuevo) y hasta la sede del gobierno vasco… Son muy diferentes.
Nunca he utilizado el «metro» de Málaga, a pesar de haber estado por allí. Me gusta la distinción que planteas según la velocidad de circulación; no me lo había planteado y tiene mucho sentido. En el caso de Düsseldorf curiosamente parte del metro circula en superficie y se sigue llamando U-Bahn (la U es por Untergrund; lo aclaro para otros lectores). También tienen tranvías que circulan por superficie. En Filadelfia, además de metro, tienen «trolleys» que circulan bajo tierra en el centro, y no les cambian el nombre (son como tranvías y circulan sobre raíles, pero se alimentan con trole en vez de pantógrafo).
Otro caso parecido es el de las autovías en España. Al principio fueron carreteras de doble calzada pero que no tenían las características de una autopista. Posteriormente, la población asoció autovía a gratuito y autopista a peaje, con lo que a las nuevas autovías, que probablemente podrían ser autopistas, se las sigue denominando autovías.
Los políticos mienten y los votantes compran encantados sus mentiras. ¿Quién tiene la culpa? En realidad nadie: es una especie de tragedia de los comunes. Los políticos nos saquean para luego repartir el botín a intereses particulares a cambio de votos. Es una relación de perversa de «beneficio» mutuo, pero que a medio plazo nos llevará a la destrucción del sistema, eso sí, para reemplazarlo por algo mejor. La democracia morirá para ser sucedida por la descentralización. Bienvenida sea la descentralización.
Fantástico comentario, Carlos, poco que añadir. En Dortmund el U-bahn también sale a superficie y se esconde en diversos tramos, exactamente como en Düsseldorf.
Lo de las autovías es un caso contrario: de repente hay una red de carreteras del copón que serían autopistas en cualquier parte del mundo, y aquí se las llama autovías como si fueran algo inferior… tan sólo porque se reserva la otra keyword para los tramos de peaje :)
Sobre esa tragedia de los comunes en la que los políticos mienten y todo el mundo lo sabe pero se calla porque quiere comprar las mentiras (o porque les interesa particularmente) Fukuyama explica en un libro reciente que se trata de un tipo de proto-democracia clientelar, que es la que aparece cuando se instauran formas democráticas allí donde el debate social no ha alcanzado el nivel de reflexión necesario para que se establezan democracias sólidas (en las que, por otra parte, hay mucha más accountability de los gestores públicos de la que hay aquí). Es un debate interesantísimo, pero es otro debate… Otro día lo abordamos :D
PD. Yo sí lo he usado alguna vez, cuando he estado de visita para ir al centro de la ciudad y demás es muy cómodo, y ojalá lo hagan bien y todo el tramo de centro quede subterráneo para tren y peatonal en superficie para las personas. No cuestiono la solución de poner trenes tranvía, es una solución supongo que de compromiso (presupuestaria) y puede aportar casi todo el beneficio siendo más barata, cuestiono la semántica… :)
Una puntualización: Viena posee una red de metro muy bien diseñada, complementada en superficie por un sinfín de tranvias, trolebuses y autobuses.
¡Gracias por el aporte! Estuve en Viena de visita hace unos años y recuerdo haberme movido en tram todo el rato y nunca en metro. Está claro que los recuerdos nos traicionan… :)