Desde Ghost sacan un post para celebrar su segundo aniversario, y realizan un ejercicio de transparencia de gastos, y también explican los planes para el nuevo curso.
Dos párrafos que me han llamado la atención, traducidos a vuelatecla:
En efecto, pagamos alrededor del 15% [de los más de $300.000] de lo que obtuvimos desde Kickstarter directamente en comisiones, donaciones devueltas, e impuestos. Es una suma monumental. No estábamos preparados para algo tan elevado en ningún resquicio de nuestra imaginación.
Fue una lección dura que sólo fue compensada gracias al hecho de que hicimos una ronda adicional de patrocinio privado que hizo una diferencia. De los $60.000 en financiación adicional al margen de Kickstarter, únicamente alrededor de 100 (o 0.001%) se perdió en comisiones bancarias.
El post trata otros temas, y si te interesan estas cosas vale la pena leerlo.
Sobre financiación colectiva y crowd funding hemos hablado en este blog en más de una ocasión, sobre sus retos y dificultades.
Y sobre Ghost también escribí en su día.
Me quedé pensando sobre la entrada cuando la leí porque algo no me cuadraba. Al fin vi la luz. ¿En dónde reside la ineficiencia? En realidad, aquí suceden dos cosas: la meramente operativa, y esa es que alguien no ha hecho bien su hoja de cálculo y la derivada de los costes de oportunidad. ¿De verdad si no fuera por Kickstarter hubieran encontrado ese otro inversor a menos coste que se ha encontrado con una prueba de concepto testada? ¿Es un coste razonable para quien en la fase más primigenia del proyecto hubiera tenido que dedicar horas y horas a hacer presentaciones a VCs que tienen condiciones propias de inversión y que pueden asumir cotas de control que no deseabas a un coste (financiero) más bajo? Yo creo que esa es la mirada.
Si haces bien la hoja de cálculo, estimas bien tus costes de compensaciones y pides – y alcanzas – lo correcto cuando no tienes nada más que una idea, la ineficiencia ya se me vuelve muy relativa y con visos de competir bien con alternativas.
Es decir, que no tiene por qué ser más o menos infeciente a priori que las alternativas, depende de tu circunstancia.
Creo que lo que dices es verdad, pero no es incompatible con lo que mencionan los chicos de Ghost.
Al fin y al cabo, ellos hablan de eficiencia (y por una cosa u otra, en crowd funding necesitas recaudar según su experiencia un 15% más de lo que realmente necesitarás para el proyecto), y tú hablas de eficacia: ¿habrías tenido acceso a esa financiación (ni a la colectiva ni a la convencional) de no haber sido por Kickstarter?
Y lo cierto es que el segundo método es más eficiente, pero el crowd funding es para muchos proyectos mucho más eficaz: da conocimiento y acceso directo al público que puede querer comprar, financiar, invertir en un proyecto.
Hoy estoy conciliador y la diferencia entre eficiencia y eficacia es algo con lo que nos machacan mucho en la facultad, cuando estudiamos bioquímica. Los procesos que nos mantienen vivos son muy ineficientes (se pierde mucha energía en forma de calor) pero por eso mismo son muy eficaces (sube la temperatura corporal y todo en el organismo funciona en términos generales mucho mejor).
Un placer leerte :)
JAjajaja
Bueno, a los de economía siempre nos machacaban con el coste de oportunidad: el uso alternativo del recurso. Si se mide como tiempo invertido vs recaudación y se le pone un tipo de interés (es decir, un precio) la cuestión es dada tu capacidad (una especie de capital) para recaudar por un sistema o con el otro ¿cuál te lleva antes a la cantidad que necesitas?. Y ahí cada uno tendrá su circunstancia, especialmente si hacemos la hipótesis de que los dos métodos son incompatibles (que no es la realidad). Si la cosa la llevamos a la supervivencia, y una startup tiene la supervivencia como primer mandato, resulta que es más importante ser eficaz que eficiente. Así que Kuckstarter ha sido eficacísimo aunque no eficientísimo.
Y además lo importante es ser eficaz, si las reacciones del cuerpo humano fueran más eficientes nos pasaríamos varios meses al año al sol como los lagartos para no morirnos del todo, y nada de lo que como especie hemos conseguido sería realidad, ni siquiera posible.
Pero conocer y tener claro cuál va a ser la ineficiencia de esa captación eficaz de fondos es importante… para no pegar un patinazo de 15% que te rompa las cuentas :-)
Lo del coste de oportunidad es un concepto maravilloso, recuerdo cuando me lo enseñaron, alguna de esas tardes que pasaba con un amigo mío entonces joven estudiante de economía… y ahora apuesto empleado de banca :P
Salud
En todo caso, más que hablar de la «financiación colectiva» en general, habría que fijarnos en si esas plataformas son o no eficaces y eficientes (para seguir con el debate que plantean ustedes dos). No es lo mismo.
Lo principal de esas plataformas está en la visibilidad (el que tu proyecto aparezca hará que «pueda llegar» a mucha más gente; ya inscritas, además, y acostumbradas a micro o no tan micro desembolsos) y eso se paga (literalmente y sin medias tintas). Son un intermediario que te puede (o no) convenir.
Incluso, como ya menciona Gonzalo Martín, es posible que sin KS no hubiesen encontrado un inversor más adecuado; más aún, que esa segunda ronda privada fuera posible por el éxito de la primera pública en KS.
En fin… hasta luego ;)
Totalmente de acuerdo, en tu postura hay una parte de razón que creo que compartes con Gonzalo. Creo que es indiscutible ese aspecto, las bondades del modelo están precisamente en que son nuevas opciones, no hay dogmas ni balas de plata: pero son opciones, las reflexionas y si te convienen a ti o a tu proyecto, pues bienvenida sea :)