Allí no había bloggers

Este fin de semana estuve en EBE varios años después. Esta vez en una nueva ubicación, pero con la misma implicación de Luis, Rafael Poveda y el resto del equipo, que han hecho que el evento fluya bien pese a su dimensión. De vuelta en casa, no dejo de pensar en lo que he podido ver ahí estos días y ahora que tengo la calma para escribir, intentaré ordenar las ideas.

  • Un evento de bloggers donde la tarjeta de identificación tiene espacio para el usuario de twitter pero no para la URL de los blogs. Mal.
  • Un evento de bloggers que en 2011 se abre hablando de descargas. Ya saben que por aquí estamos a favor de abrir el puño de la restricción de copia, pero pensé que ya era el momento de hablar de algo más que descargas. El problema es la propiedad intelectual y sus leyes, que nos impiden ganarnos la vida cuando es lo que más necesitamos.
  • Un evento de bloggers donde apenas hablan bloggers, pero hay mesas y mesas de periodistas, presentadores de televisión y hasta directores de periódico que hablan… de twitter.
  • Un evento de bloggers donde un periodista sin blog se permite el lujo de enseñar, sentando cátedra, a heavy users de Internet las bondades del hyperlink, demostrar que no sabe ni siquiera el nombre del fundador de Google (memorable el momento Gary Page) y ser tan necio para decir en público que su medio no depende de Google. Aún me estoy riendo con esto último.
  • Un evento de bloggers donde la intervención del mencionado personaje es recogida con elogios y no con rabia, donde se tilda de humilde a quien rebosa de soberbia y se anima a dar lecciones de Internet tras unos meses de usar Twitter.
  • Un evento de bloggers al que acude todo un director de periódico a vender su libro, todo un signo de la apurada situación de una industria que, como tantas otras, está viviendo la disipación de rentas propias de la abundancia de Internet de manera inevitable.
  • Un evento de bloggers donde todo lo anterior pasa sin crítica, donde nadie bloguea acerca a nadie del evento.
  • Un evento de bloggers donde se habla de twitter, de los medios, del futuro de los periodistas profesionales y de social media y de community managers y de absolutamente todo, excepto de blogs.
  • Un evento de bloggers sin bloggers, que es en lo que se resume todo lo anterior y que para los pocos que habíamos, no vale la pena poner comas.

Y esa es la realidad, por eso el numerito del personaje anterior no levantó ni críticas ni malestar, ni provocó el más leve movimiento de cejas en la inmensa mayoría los presentes, que pudieron hacer la digestión asombrosamente bien pese a lo que se acababan de tragar. Siempre hay excepciones, afortunadamente.

Exagero, por supuesto, claro que había algunos bloggers. Unos pocos al menos, conocí a personas dedicadísimas a sus blogs, y lo pasé muy bien con ellos, de Jesús Pérez y la economía, a Soraya Paniagua y el e-Learning o Javi Guembe, más timidín que los otros pero con quien pude charlar un rato (y me quedé con ganas de más) sobre WordPress, y charlar con muchas otras personas y tomarme unos Callos en El alabardero, y pasar toda la noche charlando con los amigos de siempre (y conocer, conocer, conocer), a los que uno ve demasiado poco, y reirnos con el monorraiiiil hasta la hora de amanecer.

En fin, que claro que había bloggers, pero el Evento blog ya no es un evento de blogs. Y es por eso que los blogs no están en la agenda y que nadie repara en ello. Ahora bien, ¿qué hacemos? ¿Lamentarnos? Ni hablar. Ya estoy harto de lamentos, y bastantes veces he visto este fin de semana llorar la muerte del periodismo. Todo sirve con tal de no ponerse manos a la obra, si tan sólo todos los que se lamentan por eso tuvieran la mitad de valor y ganas de hacer cosas que tiene Enrique Meneses, no les quedaría tiempo para lloriqueos y tendrían un blog tan hermoso que no cabría en los moldes.

Por supuesto, hay que ser reflexionar sobre qué ha salido mal. Qué ha impedido que se materialice la Internet que soñábamos, la de los hackers y las personas que se informan mejor y de forma más autónoma. Prometo un post al respecto. Pero creo que por demografía lo que tenemos por delante es mucho más positivo que lo vivido en los últimos cinco años. Prometo un segundo post, sobre este tema.

Mientras tanto, si no cuidamos bien lo poco que nos queda de jardín, mañana tendremos únicamente el erial (legal y de ideas) que se entrevé en el horizonte. No va a ser sencillo.

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.

21 comentarios

  1. Uf, si Pedro J se ha convertido en el lider de la blogosfera está ya todo perdido.

    (no es verdad, claro, mientras haya blogs como este)

    Saludos!

    1. Siempre hay esperanza, pero ciertamente la blogosfera se ha perdido, y para los que vivimos sus años emocionantes es una gran pérdida. Lo que sucede es que no hay tiempo para lamentarse por lo perdido, hay que mirar al frente, en este blog (y por fortuna no estamos solos!) vamos a aportar nuestro granito de arena :)

      Un saludo y gracias por los ánimos!

  2. Salud

    «Un evento de bloggers donde la tarjeta de identificación tiene espacio para el usuario de twitter pero no para la URL de los blogs. Mal.»
    ¿Esto es en serio? Diox, me he reído un rato con eso, pero, pero… Nada de lamentos, pero…

    Un amigo / periodista / bitacorero / gurú de la red (no en España) suele afirmar que las bitácoras han muerto, pero que están vivas (tomando las ideas de otros, como él reconoce), al final ha pasado lo que tenía que pasar: Quienes estaban por la moda se fueron a la siguiente moda (FB/Twitter), y los demás vivimos en el inicio de la «etapa adulta» de esto de las bitácoras. (¡Tenemos zombiblogs! Ahora que están tan de moda los zombis podríamos aprovechar que el Pisuerga pasa por Pucela…)

    Sobre la cantidad de periodistas en un evento de ese tipo, es normal, tanto en el «boom» como ahora en la «madurez» los periodistas (profesionales) reclaman su hueco y son los que cobran por escribir, algo podemos aprender de ellos, sin dudas. Lo malo es cuando se eleva a los altares a un recién llegado (sin quitarle una pizca de interés a todo lo que nos puede contar que no sea «el uso de Internet»). Muchos medios tradicionales (por llamarles de alguna forma) han transformado las columnas de opinión, en los medios webs, en «blogs», esto que en su momento fue el subirse al carro de una moda ahora está totalmente normalizado, más bien, sería raro un artículo de opinión en esos medios fuera de ese «formato» de publicación (no toquemos el lado filosófico). Ahora me estoy acordando de una entrada tuya sobre la importancia de los medios personales (y no necesariamente bitácoras, decías ahí).

    Un evento «blogger» (mira que me fastidia que haya terminado cuajando el anglicismo tal cual, ni siquiera «bloguer») en que se habla de Twitter… Perdón el autobombo (aunque es el segundo que meto :P), pero me ha hecho recordar a la tira que puse el año pasado por el 3108Day.

    Hasta luego ;)

    1. Sí, parece un chiste, pero no lo es… y es verdad que muchos blogs se abandonaron y que una persona no puede ser demonizada por ser periodista. Muchos entienden qué es la Red y qué rol tiene un blog y cuál es su potencial y mantienen su bitácora de buen grado. Otros han visto afeitar al vecino y nadan a la desesperada… y si para sacar la cabeza del agua te tienen que ahogar a ti, eso harán. Y eso es lo feo, y lo sorprendente es que los que están siendo sumergidos por el egoísmo ajeno no se quejen. Que se sacrifiquen como si fuera una labor social o algo parecido.

      Y ese amigo tuyo tiene razón: ahora que la moda pasó y la palabra blog levanta hasta sospechas («it’s so 2005!») podemos trabajar a gusto en ellos sin que nos disturben. El problema es cuando no te dejan en paz, o cuando ves cómo el mundo que iba a ser no será, y te embarga esa melancolía de lo no vivido…

      En fin, la tira muy divertida. Me dijeron el otro día que la blogosfera en 2011 consistía en usuarios de twitter que trabajan en periódicos y piden el voto para premios de bitácoras…. aunque no las usen. That’s true.

      Hasta luego!

    2. Yo, con todo respeto, y alejándome de argumentos ad hominem o de generalizaciones injustas, creo que la presencia masiva de periodistas activos, en paro, o semi en paro, genera un gran problema para todo el debate sobre blogs y medios sociales: lo que tienden a encontrar, tanto emocionalmente como doctrinalmente, es un mecanismo de espera para llegar donde realmente quieren, que es ser «directores de periódico». El blog es para ellos, en el fondo, reiterando lo de las generalizaciones, un estado mental transitorio de otra cosa: disponer algún día del poder de fijar la agenda pública, asunto en el que creen que tienen una misión encomendada y por encima del resto de los mortales y que, blog o no blog, después de todo, debe confiarse a sus medios. Porque son profesionales y saben lo que hacen. Considero que el periodismo es un oficio muerto como los aguadores: su estado ideológico es el de un tiempo que ya no existe. Cuando «publicar» es un asunto de escasez plena y todas las cosas que se pueden contar en el mundo no tienen sitio y alguien tiene – con toda la profesionalidad o canon estético y ético que se quiera – decidir qué se publica y qué no, el oficio era una necesidad intrínseca del proceso de publicación y deliberación pública. Ante esa escasez, el periodista realmente era y es alguien que lo que tiene, en realidad, es vocación política y la hace por otros medios. Los periodistas quieren ser periodistas porque creen en una causa de antemano y lo que quieren es que salga en sus periódicos, telediarios y radios: se presentan como los defensores de la democracia, no como relatadores. Quieren crear e influir en la agenda porque su rol se lo concede. La alternativa en el oficio es la de aquellos que tienen vocación de escritor y alguien tiene que pagar el alquiler. Estos segundos son, precisamente, los que menos llaman la atención y ven el oficio más alimenticio que parte de una causa. Pero son los que no cuentan para la valoración.

  3. Espero que te tomaras unas copillas por La Alameda por lo menos. Yo estuve hace dos años y la sensación ya fue parecida, las charlas de lo más flojo que nunca he visto…y sobre todo se hablaba ya de twitter y de social media (el desconocimiento de algunos publicistas era sonrojante). Tenemos que seguir plantando batalla ahí, ser pesados (con cabeza e imaginación). Tenemos que pensar una buena campaña.

    1. El finde ha estado muy bien, pero no por las charlas. Que fueron flojas este año y también cuando fui hace 5 años, y por lo que comentas también entre medias… pero otras veces el ambiente que se respiraba era más de blogs y, este año como otros, mi gran objetivo era reunirme con algunos amigos y eso sí que lo hicimos. Y en ese sentido, objetivo cumplido. Pero el diagnóstico que se pudo hacer estando allí es desolador…

      PD. Ayer saludaba pero iba a la carrera a una reunión y, bueno, tú también estabas ocupao ;) A ver si hablamos con más calma!

  4. Tienes razón.

    Me sobraron todas las mesas redondas de periodistas y sobre todo me aburrió someramente la del escritor del libro que regalaron.

    En cambio me gustaron las de Social CRM, la de wordpress aunque fue algo flojilla y la de videojuegos que hubo en el pasillo.

    Había más blogueros de lo que parecía pero muchos íbamos ocultos. :)

    1. Yo no tenía grandes esperanzas en las ponencias, pero debo decir que la de wordpress estuvo bien (cierto que muy genérica, pero aún me apunté el nombre de un par de plugins que podrían ser útiles, y ya eso hace que merezca la pena). El Evento, en sí, fantástico, no objeto nada: pude hablar con y conocer a gente de lo más interesante, saludar a los de siempre y todo eso. Cumplió su función: servir como excusa para juntarnos… pero es cierto que por momentos era como un evento de periodistas modernitos :P

      Un saludo!

  5. Twitter + Ipad + Medios convencionales es la triple alianza. «La contraofensiva» blogger es ya una necesidad.

    1. Sí, pero tenemos la respuesta: en el futuro hay más blogs y no menos, pero no serán como lo fueron hasta ahora. Si bien suponen en términos absolutos una regresión tremenda, los servicios centralizados de última generación nos enseñan algunas cosas. Si las adaptamos a lo que ya tenemos y usamos, creo que tendremos un sistema mejor… en el que aún será posible reflexionar y seguir creando conocimiento, y que será percibido como más personas como su opción preferente :)

    1. Pos que sepas que me reía cada vez que lo pensaba. Porque además este chico era muy «friki» de lo suyo, como tú de lo tuyo. Tenía la chispa de disfrutarlo a tope, aunque a mí me guste más leer tu blog (por cierto, me ha divertido tu último post sobre la tag cloud).

      Y si no lo recuerdas… mejor, te habrías puesto nervioso ante el nivel del debate ;)

  6. Anoche comentaba con viejos presentes la cuestión: el asunto de fondo era que, hace tres años, los que estábamos allí queríamos cambiar el mundo. Con toda su ingenuidad y con toda su grandeza. El estado de ánimo era exactamente ese: la energía y el orgullo – tantas veces extremado y narcisista, como son los seres humanos, tantas veces repleto de necedad falsamente competitiva como el rankismo que impregnaba la forma de «medir» el valor de un blog – de tener tu página en propiedad y darse voz aunque se fuera ridículo. Ahora, todo es guai: aquellos memes como el «thinking blogger award», por burdo que fuera como mecanismo chiripitifláutico para generar enlaces en la era del buscador y no en la era de facebook, contenían un sesgo implícito en la estructura del diálogo entre blogs: allí se estaba, inevitablemente, para producir algo digno, para pensar, reflexionar o demostrar un saber o un mérito de alguna clase. Ahora todo eso se fue. Ahora la intrascendencia – que, en cierta forma, estaba penalizada culturalmente en el mundo blog – está elevada a poder de la sociedad. Y ha generado un estado psicológico en el que lo que se considera grandioso es hablarle al político y al periodista y no el sustituirlos, que es diferente a reemplazarlos. Los blogs se mostraban como la sustitución de los medios, ahora los medios sociales se ven como canal para encauzar la demanda para acercarse a la sensibilidad del público y sancionarla de igual forma que los césares inclinaban su dedo. Con lo que la clase periodística está encantada.

    1. Los bloggers querían embastillar al Rey y los medios sociales lo adulan para poder ser bufón en la corte.

      Y nadie debería sorprenderse. ¿Qué publicidad vende Facebook? CPM del cutre y al peso, como los medios masivos, ¿por qué? Porque es un medio masivo. Para crear un mundo nuevo primero hay que soñarlo y, como bien dices arriba, la mayoría de los que allí se congregaban aspiran a ser, antes que otra cosa, la voz y guía del universo que sienta cátedra desde la editorial de su cabecera. No soñaron un mundo nuevo ni sienten la necesidad (están cómodos en el esquema que ya tienen), dejar «el cambio» en sus manos sería un suicidio. Sigue habiendo un Rey al que embastillar… y es ese periodista que se siente como un hada madrina, que ha sido llamado por Dios para cambiar el mundo y nos infligirá a todos su final feliz, que no será le nuestro.

  7. Gonzalo, me has recordado una conversación de esta semana. Alguien me convencía de las bondades de Twitter porque había una tertulia periodística de la TDT en la que recogían preguntas y opiniones del público. ¿Eso no se hacía antes mediante un simple email? Los periodistas vuelven a ser los sumos sacerdotes de la información.

    1. En el EBE anterior al que fui, en el que también estuvieron David y María (en la única charla que mereció la pena, aunque por desgracia la anécdota de David con una pregunta muy maleducada que le lanzaron diluyó el contenido de su discurso) , se ensayó una nueva práctica. Estaba invitado a dar una charla el autor de una aplicación que por entonces sólo conocíamos los más yonkis de la Red: Twitter. Así que se ensayó un sistema pionero (catastróficamente pionero): las preguntas del público no se hacían directamente, levantando el brazo y recibiendo un micrófono antes de que nadie supiera qué ibas a decir (con el micrófono en la mano podías lanzar sapos, críticas y poner en aprieto al ponente). No, las preguntas se enviaban por Twitter y el moderador leía las más interesantes.

      ¡Tremendo filtro! Por supuesto, las preguntas incómodas no pasaron en todo el fin de semana, luego las preguntas de don-nadies tampoco (ahí con menos de PageRank 7 no se te leía la pregunta, es como si sólo hubieran preguntado Ricardo Galli, Enrique Dans, Wicho o Julio Alonso en todo el EBE, demencial) y por último (que en el fondo es el primer corte) la necesidad de tener una cuenta en un servicio privado para lanzar una pregunta en una conferencia.

      Aquella decisión, que era pionera en su error, lejos de ser tomada por un fracaso fue elevada a los altares y ahora, según te leo, también la TDT se suma al carro. ¡Qué despropósito!

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