¿Qué sucede cuando un policía abusa de su acceso privilegiado para curiosear en el registro de llamadas de una persona, siempre disponible por obra y gracia de la directiva europea de retención de datos?
Nada. Eso es lo que sucede, al menos si nos atendemos al caso de un policía irlandés que decidió hurgar en los registros de llamadas de su expareja.
¿Cómo vamos a estar contentos con la retención de datos? No es posible cuando vemos que el registro masivo que los Estados han instaurado sirve precisamente para lo que dijimos que servirían, que la privacidad de las personas sufre precisamente las violaciones que dijimos que sufriría y que, además, la jugada sale gratis al fisgón.
¡Vaya! Dos posts seguidos sobre los temas clásicos. Casi que me está dando nostalgia de los viejos tiempos :)
¡ya ves!
cuando menos se lo espera uno… :D
Exactamente lo que dijimos que pasaría. En España además, es el mismo reglamento el que genera un vacío que garantiza la impunidad. ¿Os acordáis de las barbaridades que nos dijeron los socialistas cuando sacamos la campaña contra la traza establecida en el primer gobierno Zapatero?