Hacía más de tres meses que la sección fija menos fija de toda la blogosfera no aparecía (todos los rumores indicaban que, de hecho, había muerto). La centésima vigésima tercera ronda de Bocados llega no ya para comentar todas esas cosas que no pudimos (o no tuvimos ganas) de comentar en los últimos tres meses (qué sinsentido), sino para dejar algunos enlaces recogidos en los últimos días y que, súbitamente, pensé que valía la pena dejar por acá. Aunque tengo en la cabeza una melodía de Yann Tiersen, los bocados de hoy nos llegan a ritmo de Vinicius de Moraes.
- Dellan McCullagh habla sobre el plan de Obama de instaurar una suerte de carnet de identidad para usar Internet.
- ¿Puede el efecto «me gusta/RT» de Facebook y Twitter estar jugando un papel más profundo en nuestra percepción sobre ciertas marcas? Es lo que argumentan en Fastcompany.
- ¿Cómo será el mundo en que vivamos cuando quede atrás la crisis económica? Juan Urrutia comparte la prospectiva mirada del economista sobre el paisaje después de la batalla.
- San Francisco podría exigir instalación de sistemas de reconocimiento e identificación facial basados en software para todo establecimiento/lugar en el que se puedan reunir más de 100 personas. Casi se aprueba silenciosamente, pero ante la alarma lanzada por la EFF la decisión está ahora en el aire.
- Hanan Cohen y Michel Bauwens de la P2PFoundation parecen estar de acuerdo en que para los servicios centralizados en la web, los datos de los usuarios son lo único valioso. Es bueno ver que aunque sea años más tarde, lo que decíamos bien claro ya en La sociedad de control va siendo entendido y comentado más allá.
- La neutralidad de la Red en el centro del debate político en Francia.
- Joanna Rutkowska anunció la primera beta estable (más o menos) de Qubes.
- ¿Deben los ISP bloquear tu tráfico para obligar a cumplir la restricción de copia? El tribunal europeo de justicia opina que no y Christian Engström, eurodiputado del partido pirata, lo cuenta en su blog.
- Aunque el sindicato de community managers se ofendiera, está claro que tras lo de Fanta, la figura del Community Manager ganó mucho en transpariencia y fue a parar mucho más cerca de su sitio, dando a su vez para alimentar cada vez más chistes. El caso es que mientras la banalidad campe a sus anchas habrá quien, como Rafael Poveda, no tenga más remedio que calmar sus instintos naturales blogueando sobre ello. Santiago Pochat también les dio su parte.
En Montevideo nos alumbra un sol inestable que apenas calienta los brazos aunque se vierta sobre ellos. Tenemos toda la tarde por delante, pasen buen domingo :)