Anoche aterrizamos en Santiago de Chile y nos vinimos a Rancagua. Es verano cerrado. Así, uno sale de casa en Madrid abrigado y un montón de horas después (tras tomar el que es quizá el vuelo directo más largo que se puede hacer desde Barajas) aterriza en Santiago en otra estación, en otro continente en el extremo del mundo… donde se da la fabulosa circunstancia de que se habla tu idioma, donde la distancia no se hace presente porque si la verdadera frontera es la lengua uno puede cruzar el mundo y sentirse plácidamente, como en casa. Nos quedaremos en este final de verano austral hasta mayo, iremos informando de lo que acontezca.
2 comentarios
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Espero que sientas en tus huesos la fascinación que yo tengo por la América Latoc. ¡Desde luego que engancha! Cuídate mucho y disfruta del otoño (hoy oficialmente cambiamos todos de estación…)
muchas gracias. La verdad es que hasta ahora un disfrute todo lo que me preguntes, del trato con las personas a la luz de los días a la cerveza local… a ver qué tal avanzamos en este otoño oficialmente estrenado :D