Reino Unido y Canadá en contra de Internet

No hablo ya del indisimulado movimiento del Estado español, ni del obligado cierre por derribo que, al estio de los edificios abandonados, decretó el gobierno de Mubarak la semana pasada en plena revuelta.

En esta ocasión la presión llega desde Reino Unido, que declara la búsqueda de un consenso entre naciones que permita frenar a Internet, calificada como «amenaza contra los intereses británicos» y a la que quieren situar bajo control para que en ella sólo tengan lugar «comportamientos aceptables».

Qué es un comportamiento aceptable, imagino, es algo que no se van a apresurar en definir. Tampoco es tan urgente, ni la definición será tan indeleble. Seguro que se puede rehacer para hacerlo más restrictivo. Los españoles ya no pueden fumar en un restaurante, en Nueva York ya no se podrá fumar ni en los parques ni en las playas. Imagino que no será por la calidad del aire, sería mucho mejor sacar los coches del centro de la ciudad.

En todo caso, y para que no haya díscolos que pretendan, con su habilidad y su destreza, contestar a monopolios generados artificialmente en base a una legislación ridícula, el Estado canadiense planea aprobar una ley que reduzca el margen de maniobra de los pequeños proveedores de acceso sin infraestructura propia, limitando la oferta que pueden hacer e impidiendo, de facto, que propongan el servicio de calidad que no ofertan los dueños de la misma y perforando, a la vez, la utilidad de toda la legislación sobre subalquiler de ancho de banda para favorecer la competencia.

Y ésta es la Internet que quieren construir. Cabe hacer una vez más la reflexión con la que cierro La neutralidad de la Red: ¿en qué mundo quieres vivir dentro de unos años, qué Internet lo hace posible? Tenía razón Barlow, los Estados son incapaces de parir un mundo mejor.

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.
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