Esta tarde he estado unos minutos participando en Asunto del día en RNE5 para hablar de la Ley Sinde, que será aprobada mañana por vía extraordinaria sin que se debata el texto en la congreso de los diputados.
El podcast no está disponible a la hora de escribir este post, pero debería estar en la web del programa en las próximas horas.
Siendo muy breve, no he dicho nada que no haya dicho antes: me parece una perversión usar la propiedad intelectual como herramienta de control de información (algo sobre lo que hablé en profundidad en La sociedad de control), me parece un error aceptar esa pretensión por parte del Estado, me parece tremendo que la propiedad intelectual vaya a ser tratada en ese singularísimo tribunal que es la Audiencia Nacional, me parece inaceptable que ante un cambio tan revolucionario como el que nos brinda Internet todo lo que se le ocurra al sistema sea amoldar Internet a sus viejas manías y limitaciones, en lugar de aprovechar su potencial para mejorar la vida de las personas.
Me parece una ofensa que se recurra al infrecuente mecanismo de otorgar a una comisión capacidad legislativa para evitar el debate en el Congreso de los diputados, para enviar el texto aprobado directamente al Senado. Y porque no hay más narices, supongo, que pasar por el Senado… que si se pudiera aprobar de compadreo fuera de la cámara, a buen seguro se haría. Para que el nuevo vicepresidente vea cumplido su deseo y «la ley sea una realidad en febrero». Claro que venimos de pasar 15 días en un desmedido «estado de alarma»; parece que a estas alturas todo vale y esto no es más que otra vulgar demostración de poder por parte de… el poder. Claro. ¿Ofensivo? Sí, pero no novedoso.
Me parece muy sucio, aunque no podía gastar mis escasos segundos en directo comentando este aspecto, que la ley se apruebe el 21 de diciembre, justo antes de la mayor distracción informativa del año: el sorteo de lotería de Navidad. Para que nadie hable de ello ni el día de la aprobación ni los sucesivos. Claro que el primer amago de esta ley fue tan precipitado que provocó una de las reacciones más vibrantes que se han vivido en la Internet hispana en los últimos años y cuando volvimos a oir de esta ley fue para oir las palabras audiencia nacional su aprobación en un consejo de ministros extraordinario celebrado en pleno puente en una ciudad que no es la habitual. ¿Sucio? Sí, pero no novedoso.
Nada que no supiera el lector habitual, nada que no tenga claro cualquiera que se haya detenido mínimamente a pensar cómo funciona nuestro mundo en el s. XXI. Y es que si destruir la neutralidad de la Red es una pésima idea, no lo es menos usar la propiedad intelectual para instaurar un régimen que se acerca cada vez más a la sociedad de control, en la libertad se ha degradado tanto que no podemos hablar de otra cosa que no sea la descomposición de lo que, todo parece indicar, no ha sido sino una curiosidad histórica: la social democracia occidental.
Sobre la intervención de María González, miembro del PSOE y muy favorable a esta ley, tengo poco que añadir: jugar a confundir dando a entender que Spotify es la única opción legal cuando en el fondo es la única opción de pago (porque no hay nadie condenado por obtener música de redes p2p… al menos no con la ley actual) me parece muy mala forma, pero posiblemente no haya otra, de defender una postura que no se sostiene, de justificar lo injustificable. ¿Falaz? Sí, pero no novedoso.
pero en primavera será caliente, ya veremos la abstención y el voto en blanco, cada uno representa 50 Euro menos para los políticos y eso si que les duele, …
Lo más grave de esta «revuelta» es que las teorías incompletas del pensamiento generalizado de la red han dejado la cuestión en ver pelis gratis.
Tengo un comentario en mi blog que da el verdadero estado de la cuestión anímica del internauta de a pie, tan contento con su página de facebook. En cuestion de meses los jardines cerrados en televisores, teléfonos y webs ofrecerán las películas al principio de modo caro, luego de forma asequible (Hulu Plus vale menos de ocho dólares al mes con temporadas completas de series) y la propiedad intelectual no le interesará a nadie. Es decir, por no pedir las reformas de las leyes y repetir tan contentos que descargar una peli con derechos es legal (cuando no lo es, sólo es un espacio indefinido)no se ha planteado el debate de reforma, sólo el de no nos toquen las descargas.
Siento disentir con ALyCie: el voto en blanco, si llega, no tendrá nada que ver con que seriesyonkis esté en blanco. Mejor dicho: fundido a negro.
Ce n’est pas la democratie, ce n’est pas la liberté…
A pesar de haber enviado e-mails a todos los diputados del parlamento con la adhesion a red-sostenible.net, me encuentro con la contestacion de solo dos de ellos y el único de ellos que me da datos para decirme el porque del «SI» a la ley, los datos no hay por donde cogerlos, porque no se mantienen. Si han pagado un euro por consegur esos datos, más vale que reclamen el dinero, pues son mas falsos que un euro vietnamita.
Lo que más me duele es que crean que somos esa masa sucia que se comulga a pies juntillas con lo que les cuentan los medios y sus señorias.
Que pena de incultura digital institucionalizada.