Todo parece indicar que pese a los impulsos regionales por parte de los diferentes estados, los jóvenes magrebíes buscan empleo de forma bastante temprana y, los que consiguen finalizar sus estudios, son incapaces de encontrar un empleo acorde a su formación. Es posible que los datos que apuntan a una mayor búsqueda de empleo entre jóvenes de 15 y 24 años, en claro contraste con planteamientos basados en finalizar los estudios superiores a toda costa aunque ello conlleve hundimiento a medio plazo y en todos los ámbitos, nazcan de un planteamiento diferente al de la sobreformación sin sentido que podemos encontrar en algunos de los países con más paro de la UE. Compartirían, sin embargo, los jóvenes magrebíes una cierta arrogancia con sus vecinos europeos, y quizá es por eso que pese a ser el mayor socio comercial de África desde 2009, China les resulte aún poco atrayente como destino de estudios, y es que se quejan de que los cursos se dan en mandarín y no en inglés. Puestos a escoger imperio, quién diría que se iban a poner tan escrupulosos.