Dicen que se trata de la pregunta del millón, ¿Cómo salir de la crisis?. Cabe discutir si las herramientas clásicas, esas que dan para hacer un bonito (y poco útil) bisnesquéis en un MBA donde lo importante no es la habilidad sino el amiguismo, sirven para algo. Quizá, como indica Goiri citando a Urrutia, los mercados del futuro se harán con Software libre. Cuando, en pleno hundimiento del centro, la actividad industrial en si misma es una commodity, lo único que queda es abrir tiendas, levantar mercados. Donde sea. ¿Quieren salir de la crisis? La verdad, como en ciertas series noventeras, está ahí afuera. En el sentido más estricto: cuando los mercados ya conocidos y explotados son incapaces de poner la máquina en marcha, hay que vender… fuera. Transnacionalización o muerte, ¡venderemos!, como en el viejo adagio neovenecianista.