Turquía ambiciona ser potencia en su región, no es ningún secreto. A la fortísima, y poco comentada en occidente, inversión en la enorme región turcófona de Asia se une la renovada relación que en los últimos años mantiene con sus viejos enemigos, ahora convertidos –a golpe de cifras– en sus mejores socios comerciales. Dicen que la víctima en este movimiento sería la posible alianza con la UE y occidente, pero la realidad es más compleja: Turquía es miembro de la OTAN, es paso indispensable para que el gas asiático llegue a Europa y el fortalecimiento comercial que está adquiriendo en su región la llevarán a ser un socio cada vez más deseable. Frente a la sostenida negativa europea a su ingreso en la Unión, Turquía ha optado por crecer mirando tanto a su entorno lingüístico como geográfico. Y para cuando occidente descubra que necesita la alianza con Turquía, el precio de sus favores ya habrá subido.
Turquía como gran potencia regional
A la UE pronto le va a llegar su Sanmartín. Jopé, un par de días en Ankara o Estambul (bueno, solo con poner pie en el aeropuerto internacional de esta última ciudad basta) dan para darse cuenta que en Turquía se trabaja mucho y se trabaja bien. Pero no, los francogermanos del crucifijo no querían ni oír hablar del hermano del este (los «latocos» tampoco queríamos que nos hiciera sombra otro país con amplios recursos de mano de obra barata y muchas horas de sol), con el espaldarazo para el proyecto de nación laica y moderna de Atatürk que la incorporación de Turquía en la UE hubiese supuesto.
Hace bien Turquía de jugar sus cartas y aprovechar su situación a caballo de dos continentes y por lo tanto puerta de entrada de los recursos que vienen de Oriente por tierra, sea seda y especias o gas y petróleo, es lo mismo. Dígome yo que la Ruta de la Seda es a esa parte del mundo lo que las vías romanas a las autopistas del sur de Europa: ¡se siguen usando porque su ubicación es perfecta! Vamos, que es un activo de enorme importancia que ella pase por tu territorio, y hubiese sido genial que ese territorio formase parte de la UE. Y sigo preguntándome: si hasta yo me doy cuenta de estas cosas, ¿¿para qué pagamos tanto sueldo a tanto burrócrata en Bruselas??
Muy buena la visión sobre la negativa latoc a Turquía. Lo de los francogermanes lo entiendo: ninguno quiere países grandes que les hagan sombra, los alemanes tienen además un problema de racismo concreto contra los turcos… la competencia de un país que sería UE (con el sello de seguridad y fronteras aseguradas de la UE) pero con tanto sol, potencia de turismo con mano de obra barata… no lo pensé nunca. Lo de los oscuros funcionarios de Bruselas que nadie conoce y que por nada se preocupan ya es otra cosa…