¿Qué sucede si un gobierno decide destruir unos documentos para silenciar algo y la persona que debería destruirlos los cuelga en su blog?
Pues que en cuestion de horas multitud de blogs se harán eco de la noticia y republicarán los contenidos, haciendo de ellos una masa dificilmente silenciable.
Eso es lo que le ha sucedido a Craig Murray, embajador británico en Uzbequistán y firme opositor al empleo de técnicas de tortura, como las que su gobierno emplea o, al menos, permite sin mayor queja. Al recibir la orden de que destruyera dos documentos clasificados Murray los colgó en internet y, asegura que ya son más de 4000 las personas que los han duplicado.
Sean o no sean todos esos el escándalo está servido. Borrar todas esas páginas o que le suceda algo al embajador sería un verdadero escándalo. ¿Recuerdan el *pseudo-suicidio* del hombre que descubrió el informe en el que se afirmaba que Blair mentía sobre Irak?
Supongo que el invento no es nuevo, esto ya lo dijo Stallman hace mucho tiempo: «los cobardes hacen copia de seguridad, los valientes las ponen en internet para que todo el mundo pueda verlas».