No suelo hablar mucho de ciencia en el blog, aunque a menudo podría contar alguna que otra cosa. Sin embargo hoy vamos a hablar de ciencia y, más exactamente, de la forma en que la ciencia se viene construyendo desde hace siglos: mediante la publicación de los resultados de investigación de forma revisada y autorizada por otros científicos que tengan un cierto bagaje investigador en el ámbito científico relacionado. En esencia, eso es el método científico: poner los resultados de investigación a disposición de otras personas para que puedan verlos, repetir el experimento si quieren y comprobar que dices la verdad (o descubrir si mientes). Vamos a hablar de cómo conseguir que estos resultados de investigación sean más accesibles para todos (al menos en los casos en que la misma ha sido sufragada con dinero público, que son una amplia mayoría de los mismos incluso en los sitios donde las leyendas urbanas afirman que está privatizada como EE.UU. y Suiza). ¿Cómo hacer que los resultados de investigaciones pagadas con dinero público sean más accesibles? Publicando los mismos en repositorios de acceso libre o en revistas Open Access.
A Open Access le dediqué un post bastante largo en diciembre de 2007, que sigue siendo plenamente vigente: Open Access y porqué los resultados de la investigación científica deben ser libres.
¿Qué ha cambiado desde que escribí ese post? Pues que la UE acaba de aprobar un programa piloto según el cual se obligará a que los resultados de investigación obtenidos con fondos europeos estén disponibles con acceso libre con mucho retraso a los 12 meses de su publicación (Europa.eu, via). Así, tras un periodo de entre 6 y 12 meses, las empresas e instituciones que se beneficien de fondos europeos para investigar, estarán forzadas a permitir el libre acceso a sus resultados de investigación. La UE sigue así los pasos de los Estados Unidos, que este mes de enero aprobaron una medida similar para investigaciones biomédicas, pero la superan por cuanto generalizan a todos los ámbitos.
Pero seamos críticos con la propuesta, porque siendo un innegable paso adelante, tiene puntos flacos que le quitan casi toda la fuerza.
¿Qué me gusta y qué no me gusta de este programa piloto?
- Libre acceso. La primera consecuencia de esta medida es evidente: libre acceso para artículos de investigación con más de 1 año de antigüedad. Muchas universidades con pocos recursos agradecerán poder acceder a las revistas que compran habitualmente y a los números más viejos de esas que no se pueden permitir pagar. Es sin duda la mejor consecuencia del conocimiento libre y este programa (aún en pruebas) promete alcanzar algo que muchos pedimos hace tiempo. Al obligar a hacerlo de este modo, se permite que esto tenga lugar. De no ser así y tener que producir los investigadores el cambio por sí mismos, nunca tendría lugar pues están inmersos en una guerra de publicación cualificada en la cual publicar en un diario de acceso libre y poco conocido puede dar al traste con tu próxima financiación. La única forma de conseguir que Open Access avance es imponerlo de forma que los investigadores no vean peligrar su proyecto por publicar los datos en un repositorio de libre acceso. De verdad es necesario, ¿sabían que los trabajos que publicó Einstein y que comentamos el otro día aún no son de libre acceso? (aunque la red lo haga posible así casi sin querer…).
- ¿Por qué 12 meses de plazo? Para contentar a los editores. El sector de las publicaciones científicas con peer-review está copado por muy pocas editoriales que controlan la mayoría de revistas. Obligar inmediatamente a publicar los resultados de investigación bajo condiciones de libre acceso aniquila su negocio. Los 12 meses de plazo están destinados a callar la boca de las editoriales.
- El golpe sin fuerza. Pero al dar un plazo de 12 meses para acallar a las editoriales, la medida pierde una parte importante de su finalidad. Esta medida tiene como fin que el dinero público que ha pagado la investigación no se tenga que seguir gastando en acceder mil y una veces (tantas como centros de investigación) a estos resultados. Pero dar 12 meses de ventaja al editor permite que éste siga cobrando su suscripción, ya que en estas publicaciones se valora mucho tener acceso a los resultados más recientes. Más aún, si el editor decide que su negocio está ahora amenazado, subirá el precio de las mismas y comenzará a cobrar por el acceso al último año de resultados (los anteriores serán libres) el precio que antes cobraba por toda la colección. En un ecosistema abundante eso no sería posible (subir los precios de forma especulativa), en el pequeño oligopolio editorial científico (capaz de imponer condiciones draconianas de distribución a sus artículos), será una realidad antes de que tengamos tiempo para pestañear.
¿Qué conclusión tenemos? Es un paso adelante, pero de momento es tibio porque el plazo de retención de 12 meses nos forzará a seguir pagando por algo que ya hemos pagado (la investigación se hace casi toda con dinero público, incluso la que supuestamente se hace vía fundaciones, pues éstas suelen depender enormemente de los fondos que les da el estado). Por tanto, el proyecto debía haber sido más ambicioso pues este tipo de información debería ser plenamente accesible por cualquiera. Además, no hay que olvidar que es sólo un programa piloto que no es definitivo (aunque confío en que se instalará de forma definitiva). Open Access está ahora un poco más cerca de hacerse realidad, como siempre debió ser: la investigación científica debería ser de dominio público.
Enlaces:
Nota de prensa.
Toda la información sobre el programa piloto.
¡Poco que añadir!
Las editoriales científicas deberían abandonar su sistema actual de negocio (editar el trabajo de otros) y pasar a hacer una tarea de Data Mining de lo publicado (crearían valor añadido a lo publicado). Por lo primero, cada vez hay menos gente que esté dispuesta a pagar; lo segundo, cada vez se hace más necesario con el ritmo de publicaciones que hay.
Pues en lo personal me parece un proyecto excelente. Es bastante ilógica la idea de que tengamos que pagar por el conocimiento generado con nuestros impuestos, sin embargo en algo no estoy de acuerdo contigo, no le podemos exigir al plan que sea inmediatamente activado, a pesar de que tampoco me agradan los modelos de negocio de las revistas científicas, creo que se debe dar un tiempo pues para que puedan adaptarse al cambio. Siguen siendo un negocio que tampoco se puede atropellar de un día para otro. Me parece correcto el plan y como dices esperemos que se plante de manera definitiva, para que de un precedente y se pueda aplicar en este lado del charco.
Saludos y excelente blog!