Cuenta JA Millán citando a Lawrence Lessig:
(1) obras en el dominio público, (2) obras con copyright y en impresión, y (3) obras con copyright pero agotadas. […] cerca del 16% de los libros están en la categoría (1); 9% en la categoría (2), y el 75% de los libros están en la categoría (3).
Lessig estima que el 75% de las obras no están siendo explotadas y no están en dominio público. Ya vimos como puede en un juicio en EE.UU. encontraron que el 98% de las obras sufren este abandono antes de pasar a dominio público (por tanto, se pierden como lágrimas en la lluvia antes de que el privilegio de explotación exclusiva que otorga el estado expire). Lo comentamos en El problema de las obras huérfanas en un mundo con copyright.
¿Puede el dominio público ayudar a estas obras, a su difusión, a sus autores y, por supuesto, a todos los demás que podrían llegar a acceder a obras de otra forma inaccesibles, o intentar aprovechar obras que nadie más está explotando (y ahí el daño de lucro cesante quedaría inevitablemente apartado)?
Asumamos que los autores tienen derecho a un periodo de tiempo en el cual su obra sea, si así lo deciden, explotada en exclusividad. Pero ¿no debería ese periodo reducirse drásticamente para evitar que sigamos perdiendo cultura?
Yo opino que sí.
Las agencias literarias no permitirán estos cambios. Esta semana me he informado porque me gustaría publicar un libro de otro autor que considero necesario (no es sobre temas de internet, sino de literatura, pero para el caso es lo mismo). El libro estaba editado en Venezuela, pero los derechos expiraron. Ahora yo puedo sacar ese mismo libro, pero tengo que pagar un anticipo de más de mil euros y royalties (y mi contrato expiraría en 7 años). En realidad, lo único que me interesa es difundir ese texto… ¿Cómo lo hago? Amortizar algo así es complicado si no eres de una editorial potente. Así va el mercado editorial, con miles de bazofias en aeropuertos y grandes joyas en el olvido. A modo de ejemplo final: el último libro que he tenido que valorar para una editorial de cuyo nombre no quiero acordarme ha sido una biografía no autorizada de Madonna. PS = ¿Quién me ayuda a montar una editorial para sacar textos que no tendrán éxito comercial? :P
jo jo jo, Madonna :D
Tío, una cosa no entiendo: si los derechos expiraron, ¿qué carajo debes pagar? O será que «no» expiraron pero no lo vuelven a editar? Qué mafiosos: no lo editamos porque no le vemos beneficio, pero desconfiamos de todo el que quiera intentar hacer beneficio con él…
Así nos brilla el pelo.
Salud
¿Los derechos de quién expiraron? ¿El contrato de impresión entre el autor y la editorial venezolana? ¿los derechos patrimoniales del autor? ¿Pagar a quién? ¿Al autor? ¿A sus derechohabientes? ¿A la primera editorial?
Si lo único que te interesa es difundir el texto (y que esto no lo lea D. Andy, que me destierra de su sitio) lo pasas por OCR y lo pones en la mula o los grupos de intercambio de libros (en Yahoo hay cientos) y yasta, obra difundida. ¿Qué obra es, por cierto?
Hasta luego ;)
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Estoy de acuerdo contigo, yo siempre he abogado por el fomento del dominio público y de la utilización de las herramientas de la Sociedad de la Información no para infringir derechos de terceros, sino para fomentar el intercambio de lo que está en el dominio común.
Un saludo.
Salud
De acuerdo: Existe un problema y un tiempo excesivo de uso exclusivo (yo lo ceñiría a un tiempo fijo y relativamente corto, sin considerar si está vivo o no el autor original). Eso sí, nada (muy poco) de lo creado se pierde por completo, aunque tenga que esperar años a ser rescatado, igual por alguien en una biblioteca perdida :P.
Ahora bien, no creo que exista esa correlación tan clara entre libros agotados (no se venden, al menos no en primera venta) e inaccesibles, por otra parte, no todos los libros en venta son accesibles (con una tirada baja o un precio elevadísimo y sólo en papel, son realmente inaccesibles). (esto por matizar, ya sabe cómo me gusta matizar :P).
También se debería potenciar, de alguna forma, otras fórmulas de acceso a los libros, similar a las bibliotecas públicas, pero metidos en la era digital (algo que ya medio se está extendiendo en otros sectores, donde las publicaciones científicas existen, además de en papel y con todos los derechos exclusivos y demás, en repositorios públicos para el acceso -al menos lectura, puñeteros pdf con drm, pero menos da una piedra-). Así todos salen ganando. Y esto aplicado a obras «ya olvidadas» que no reportan nada al autor (salvo ver cómo su obra está en cajones y añejas bibliotecas) podría ser, cuanto menos, positivo.
¿Que el primer paso lo den los autores? Igual no quieren ser recuperados :P
Hasta luego ;)
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