Mañana se cumplirán 20 años desde la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. La caída del muro representó la más grande revolución habida en europa en las últimas 5-6 décadas, enmarcando un 9-11 (escrito a la europea, 9-N en castellano) esperanzador que nada tiene que ver con el 9-11 (escrito a la americana, 11-S en castellano) estadounidense, fuente de políticas del miedo y medidas disciplinantes.
Estos días nos hablan de la caída del muro de Berlín, lo sacan del olvido de forma momentánea y coyuntural antes de mandarlo definitivamente al olvido hasta (imagino) que se cumpla el siguiente aniversario señalado. No interesa mucho que los ciudadanos sueñen con llevar a cabo gestas que amplían sus libertades.
Pero ni antes, ni estos días, ni mañana leerán en las noticias que la esperanza que levantó la caída del muro de Berlín –una europa más libre en la que sus ciudanos fueran más importantes en sus propias vidas y, repito, más libres– se ha esfumado por completo. En 2009, la UE avanza hacia una sociedad de control dando cada vez más poderes militares a la policía, controlando y espiando cada vez más las comunicaciones de los ciudadanos (cuya expansión de posibilidades y anonimato es lo que verdaderamente podría hacernos más libres). En 2009, la Europa en que vivimos es la Europa de la directiva de la vergüenza, del paquete telecom y de tantas otras cosas que se nos vienen. En plena crisis ya pocos nos discutirán lo que decíamos hace un par de años: El estado del bienestar se desvanece y, es que, como decía Timothy Garton Ash y oportunamente recordaban desde Las Indias (al hilo de la aprobación del paquete telecom): 20 años después de la caída del muro la Stasi queda más en el futuro de Europa que en el pasado (no sólo en Reino Unido, de verdad es en toda Europa), haciendo buena aquella afirmación de que si hay un hecho diferencial en el s. XX es el desarrollo y fortalecimiento de los servicios de inteligencia y espionaje sistemáticos estatales, que desde el principio fueron usados mayoritariamente contra sus propios ciudadanos.
Se vienen tiempos interesantes que valdrá la pena vivir, pero habrá que estar atentos si no queremos que la apisonadora nos pase por encima.
… lo que de ahí nació comienza a tomar cuerpo
Cierto. No tengo poder de concreción para matizar ese cierto. Creo que lo que ahora toma cuerpo habría sido imposible sin aquello, pero que de ninguna forma forma parte de lo que surgió como un halo hace 20 años. Más que debido a esa relación condicionada (sin aquello, no habría esto). Afortunadamente, lo que ahora toma cuerpo no es lo que surgió allí: porque lo que surgió allí se ha hundido porque así debía ser. El estado tiene su propia agenda, y no es desde el estado que los ciudadanos se van a hacer más libres. La agenda del estado y la de la gente no son la misma.
Este párrafo tan largo para una respuesta tan concisa como la tuya me hacen pensar en un gigante que se moviera torpe, presto a caerse :)
Yo a veces prefiero verlo como un reto a nuestra inteligencia. No queda sino estar atentos y ser inteligentes. Es la defensa en la que más creo. Es un reto que no hace sino alimentar más nuestra ilusión. Lo ponen difícil, pues más interesante se pone. Ánimo.
Yo ya uso un servicio VPN para todo lo que hago en Internet. Paranoico ? A lo mejor, pero la verdad, no nos dejan remedio. Buena info: http://blog.tuvpn.com
Saludos