Al hilo del coche bomba que hace unos días no llegó a estallar en Times Square, dice Bruce Schneier en su blog:
«If you think about it, terrorism is essentially a PR stunt. The death of innocents and the destruction of property isn’t the goal of terrorism; it’s just the tactic used. And acts of terrorism are intended for two audiences: for the victims, who are supposed to be terrorized as a result, and for the allies and potential allies of the terrorists, who are supposed to give them more funding and generally support their efforts.»
Exactamente lo que dijimos por aquí otras veces: «El objetivo de los terroristas es causar terror (…) los actos de terrorismo no son el fin, son la herramienta.»
Leer el resto del artículo de Schneier es interesante aunque, como digo, la idea principal ya la hemos debatido por aquí. Y una resolución al respecto: rechacen ser aterrorizados.
Esto, realmente, lo que lleva a pensar es en las opciones que tenemos para sentir miedo.
¿El coche bomba fallido de New York Times? ¿O que te recuerden en un aeropuerto constantemente que cuidado con lo que haces? ¿O los avisos de la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores recordándote que en cualquier lugar del mundo estás expuesto a un sufrir un atentado?
Las opciones de arriba están ordenadas de menor a mayor, desde «me la pela» hasta «no saben cómo me da por culo».
Obviamente: y lo de no poder pasar el necessaire en la maleta de mano si no aceptas la estúpida norma de bote pequeñito y bolsa transparente. La mayoría de estas medidas son simple política del miedo, la de los aeropuertos fue una normativa para la que hicieron lobby las grandes aerolíneas (antiguos monopolios estatales, ahora oligopolio intercontinental) para elevar los costes de operación (más facturación, más personal de tierra, más costes fijos) de las lowcost y obligarlas a subir costes (iberia and co. ya tenían gran coste fijo de todas formas), porque les comían el mercado. De paso, las zonas de tiendas de los aeropuertos, que perdieron privilegios de duty-free en su mayoría, necesitaban que se pusieran duros con esos pobretones que se traen el agua de fuera…
Es todo un horror y sí, me da bastante por culo : )