Hoy vamos a hablar de un texto legislativo que no va a ser estudiado por ninguno de los políticos elegidos en nuestras elecciones, ni tan siquiera por el jefe del estado [1]. Se trata de una propuesta de reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo de Europa [1] presentada por la Comisión Europea [1] y concerniente al censo de la población.
La naturaleza de la información que la Comisión [1] quiere recoger parece atentar gravemente contra nuestras libertades públicas fundamentales, pero desde Bruselas lo justifican diciendo que «es necesario para realizar comparaciones válidas entre los estados miembros». La comisión[1] dice necesitar toda esta información para «poder llevar a cabo las 180 competencias transferidas a la UE tras la adopción del tratado de Lisboa». No me lo estoy inventando: Bruselas quiere conocer nuestra vída íntima y realizar estadísticas étnicas [fr].
Conviene recordar que el Tratado de Lisboa pretende relanzar el acuerdo económico para la UE (eso que llaman constitución) y que, como la vez anterior salió mal porque en Francia y Holanda votaron que no, esta vez será aprobado sin referéndums (¿o creen que en España van a preguntarnos si aprobamos el nuevo tratado? Porque lo que nosotros votamos no es lo que han aprobado).
¿Y dónde está el peligro para nuestra privacidad? Pues en el tipo de información que la Comisión Europea [1] requiere. Importantísimo para que nuestros comisarios [1] hagan su labor resultan los datos de:
- La fecha de la primera vez que mantuviste relaciones sexuales
- La fecha de la primera relación con tu actual pareja
- ¿Cuántas chicas has conocido?
- ¿Has mantenido relaciones homosexuales?
- Grupo étnico de la persona
¡Qué paren las máquinas! Nuestra constitución dice en su Artículo 14:
Artículo 14
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
¿Qué tal se lleva esto con el hecho de que se recojan datos sobre la etnia de cada uno? Pues, dado que todos los españoles somos iguales independientemente de la etnia, no parece necesaria esa información. Menos aún si consideramos que la recogida de ese tipo de información ya ha funcionado antes por Europa (y no sabéis cómo me molesta invocar a la ley de Godwin con este enlace). ¿Servirá la constitución española para garantizar el principio de igualdad? Bueno, serviría si ese dato no fuera recogido. Más allá de la recolección y envío de esa información, ya se pierde el control.
Por suerte, una mayoría de eurodiputados votó a favor de realizar enmiendas a esta lista o votar rechazo. Evidentemente, y como ya sabemos por aquí gracias a la inacabable batalla por las patentes de software, la lucha no ha hecho más que comenzar. Si la comisión [1] quiere todos esos datos, los volverá a pedir… insistentemente, hasta que el parlamento la apruebe. Así está construida Europa. Una democracia débil, puro escaparate sobre la que nadie tiene voz ni voto y que amenaza con liquidar nuestros derechos.
La comisión [1] quiere conocernos, supuestamente, para poder trabajar. Yo no creo que nadie necesite saber todos esos datos sobre mí para poder trabajar. Pero, supongamos que sí lo necesita: si alguien necesita todos esos datos sobre mí para poder hacer su trabajo, ¿no será que nuestros comisarios [1] están diseñando trabajos equivocados? Si esta es la tarea más importante que tienen que realizar para el bien general, entonces el bien general está muy jodido.
Por supuesto, la mera recolección de datos no es en sí un indicio ni una prueba de supuesta discriminaciones raciales/sexuales. Ni siquiera de otro tipo, pero es que no puedo dejar de preguntarme: ¿Para qué lo quieren saber? Por más que intento enfocarlo de otra forma, no encuentro una respuesta. Y mientras no me lo explique un cargo europeo que haya ganado unas elecciones, me seguiré negando a que los recojan.
Notas:
[1]: Esta institución o este cargo político no ha sido elegido democráticamente por los ciudadanos españoles y Europeos (según el caso).
¿También preguntan sobre la frecuencia y calidad del cepillado dental? porque es lo único que nos falta…
«Concern about freedom from tyranny is a trademark of democracy»
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