Neal Stephenson, de quien hemos comentado por aquí varios de sus libros, tiene un nuevo proyecto del que me entero gracias a Jesús. Y no deja de ser interesante.
Su nuevo libro, Mongoliad, se publica en formato únicamente digital. Pero va más allá, buscando nuevas formas de relacionarse con sus lectores, la novela no se venderá de la forma tradicional, sino que se podrá adquirir por fascículos, en lo que podría ser el regreso al mainstream de esta forma de comercialización. El precio es razonable: por 6 dólares se recibe un capítulo a la semana durante 6 meses; por 10 dólares, durante todo un año. Los lectores, según cuenta Subutai (la nueva empresita de Stephenson, que edita Mongoliad), podrán incluso proponer ideas para la evolución de la trama.
Una cuestión importante, en una novela por fascículos, nos lleva a preguntar por el final de la misma. En la FAQ de Mongoliad nos responden:
Will The Mongoliad ever end?
We are very much thinking of The Mongoliad as a novel, albeit a novel with extra elements to it. The novel’s story will come to an end at some point, and we intend to publish it as a paper volume at that time. However, it is only the first volume in a fictional world in which we already have more than a few other volumes planned, and which we will happily write if there is enough interest. You can think of it like a TV series, where The Mongoliad is Season One, and where Season Two might have some of the same characters, elements, and settings.
¿Las novelas son las nuevas series? No, claro que no. Pero cuando las viejas ideas ya no sirven, hay que probar alternativas. Stephenson, además, ofrecerá los capítulos de Mongoliad libres de DRM y otras medidas restrictivas.
Confieso que aún siendo muy escéptico respecto de lo conveniente de algunas partes del planteamiento (contribución de los lectores a la trama), la iniciativa me gusta. Me gusta porque demuestra que de cara al nuevo mercado del libro hay alternativas al inmovilismo del viejo mundo editorial y su lloriqueo habitual ante el futuro que llega. Y me gusta porque soy fan de Stephenson (y eso hace que Mongoliad me transmita sensaciones como en su día me transmitió la CASH Music de Kristin Hersh), me gustan sus libros y, a poco que la idea le quede bien, leer un capítulo de Mongoliad cada semana promete ser divertido.
Además y a modo de trivialidad adicional, el arte conceptual del libro (como el mongol que tenemos arriba de este post) es cosa de Aleksi Briclot, un ilustrador cuyas obras me suelen gustar bastante.
Ya seguiremos informando sobre el tema, aún no permiten comprar la suscripción. Espero que pronto :)
Me parece buena idea lo de innovar en los formatos en momentos que ya no es posible continuar con los viejos modelos de negocio.
Me recuerda a una cita de Clay Shirky hablando sobre periodismo:
No one experiment is going to replace what we are now losing with the demise of news on paper, but over time, the collection of new experiments that do work may give us the journalism we need
Pues eso, a innovar. Igual no nos funciona a la primera ni a la segunda, pero es que no hay otro camino.
Ahí lo resumes todo: no hay otro camino. El mundo en que vivimos es el que es, no vale soñar en cómo sería el mundo, en 2010, si no existiera Internet. Internet existe. Get over it. Y no hay otro camino que innovar y buscar nuevas vías de ganarse la vida; y eso incluye a los escritores y a los editores.
El artista adolescente se publicaba en un periódico, creo que mensual y el rollo del folletín y todas esas cosas. En el fondo a veces ya están creadas las diferentes maneras para difundir el arte, pero el mercado las ha olvidado porque no les convino. :)
Claro, no es nueva. Y a principios del s. XXI también se intentó (con más exito en japón y novelas tipo manga que en el mercado occidental), pero Stephenson es best-seller. Podría ser el regreso de una tendencia al mainstream que el mismo mainstream había dejado de lado…
¡y qué bueno leerte! :)
PD. De verdaz le tengo reservado el hueco en La Pila al Artista adolescente, es sólo que no te quiero monopolizar el libro y te lo pediré cuando lo vaya a leer realmente :)
Lo más interesante de todo es que lo haga alguien como Stephenson, sin duda, aunque veremos que resultado tiene. Ojalá sea buena la recepción: el precio es interesante (no lo veo caro para nada) y el modelo de la serialización personalmente me gusta mucho (algo que conservan las editoriales de comics norteamericanas, principalmente).
Pero lo más interesante: el experimento en sí. Ojalá se animaran muchos más a hacer cosas similares. Para un autor novel y en español, veo un poco más difícil emprender algo así. Sin embargo, ¿no te parecería atractiva una alianza entre traductores y autores para realizar algo similar partiendo de una obra escrita en español y así poder alcanzar mercados más receptivos a este tipo de iniciativas?
Está claro que este tipo de modelos se apoyan en la tracción que posee toda una estrella del género, como es Stephenson en este caso. A un autor novel le costará mucho más tener esa masa crítica y tendrá que optar por otros modelos. Del mismo modo sucedió con Radiohead: ellos pudieron hacer lo que otros músicos (menciono a Kristin Hersh en el post porque me gusta especialmente), pero no podrían hacerlo músicos menos conocidos… no de partida. En todo caso son alternativas, todo hay que evaluarlo :)
Y lo de los traductores me parece un caso claro de «pensar a lo grande»: o lo haces tú y vendes también esa suscripción al lector que no quiera leer en otro idioma o dejas esa labor a los fans (que seguro lo van a traducir, recuerden el caso de Harry Potter) pero renunciando, entonces, a vender un colín cuando saques tu traducción 1 año más tarde :) Hay que pensar a lo grande: yo creo que la traducción simultánea y publicación en, digamos, tres idiomas a la vez (inglés, español y quizá algún otro en el que el autor tenga una bolsa importante de fans reconocidos) da más oportunidades que las que cuesta el esfuerzo de hacer eso.
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una larga pausa de medio año, esta semana he terminado de leer The Mongoliad. He seguido hasta el final con la versión publicada por entregas. No coincide con la versión en forma de libro y no necesariamente es la que más les gusta a los autores, según leí. Pero era la que había comenzado, a la que le había cogido cariño y que me