Publicaba la BBC (via Slashdot) hace unos días un artículo en el que hablan de combinar un dispositivo Wi-Fi con un chip RFID activo para seguir a enfermos en hospitales (¿ese sitio donde la gente no sale de su cama?) y estudiantes en campus universitarios. Hace relativamente poco tiempo comenté mi rechazo al uso de dispositivos RFID en enfermos de alzheimer. Esta noticia de la BBC, con declaraciones del jefe del departamento de WiFi de Siemens, incide en el mismo tema de la misma forma, pero llevándola más allá al proponer el mismo sistema para vigilar a estudiantes. ¿Estudiantes con alzheimer?
Habitualmente, los partidarios de la RFID nos dicen que las etiquetas sólo alcanzan unos centímetros, que no hay riesgo (algo ciertamente rebatible, en el bus o en el metro se me acerca gente a bastante menos de 10cm… cada día), pero el uso de etiquetas activas conectadas a la red con un alcance de hasta varios cientos de metros… Está claro que la etiqueta es activa y puede ser desactivada si le desconectamos la batería, pero ¿qué sucede si te obligan a llevarla dentro del campus y te penalizan por apagarla? ¿quién dijo privacidad? ¿alguien sabe si una medida como esa sería constitucional en España? Yo apuesto a que no lo sería… y sin embargo todo hace indicar que en mi ciudad se está fraguando algo similar a esto, de lo que hablaré en su tiempo cuando tenga suficiente información.
Quedémonos con esto: cada vez nos hacen ver más normal que esta tecnología se use para el seguimiento de personas, que ahora se cierne sobre personas sanas, jóvenes y, en definitiva, que no cumple ninguna de las cláusulas en que la industria de la RFID se parapetaba anteriormente. La batalla continua y seguimos sin tener protección legal (más allá de los principios que defiende la constitución y que deberían plasmarse en leyes eficaces contra los abusos) frente a estas cosas.