«Porque una carrera académica pone a un hombre joven en una situación ciertamente embarazosa al requerirle la producción de publicaciones científicas en una cantidad impresionante -una seducción hacia la superficialidad que sólo los carácteres fuertes pueden soportar. La mayoría de ocupaciones prácticas, sin embargo, son de un tipo en las que un hombre con capacidades normales es capaz de hacer todo lo que se espera de él. Su existencia en el día-a-día no depende una iluminación especial. Si tiene profundos intereses científicos puede dedicarse a sus problemas preferidos además de hacer el trabajo que tiene que hacer. No debe estar atenazado por el miedo a que todos sus esfuerzos no lleven a ningún resultado. Le debo a Marcel Grossman el haber estado en una posición tan afortunada.»
– Albert Einstein, acerca de su trabajo en la oficina de patentes de Berna, donde desarrolló algunas de sus teorías más brillantes.
Parece un farol muy fácil de soltar a toro pasado, pero peguemos un repaso a los hechos. En 1905, Einstein publicó en el Annalen der Physik (Anales de Física, Fdo. Capitán Obvio), los siguientes artículos:
- 18 de Marzo: Explicación del Efecto fotoeléctrico. (esto le valió el premio Nobel de física en 1921).
- 30 de Abril: Una nueva determinación de las dimensiones moleculares (Tesis doctoral en la que planteó un nuevo método para evaluar el tamaño de las moléculas).
- 11 de Mayo: Sobre el movimiento requerido por la teoría cinética molecular del calor de pequeñas partículas suspendidas en un líquido estacionario (Movimiento browniano).
- 30 de Junio: Teoría especial de la relatividad (aunque por esto no le dieron el premio Nobel, las implicaciones en el tiempo no han sido menores: de no ser por la teoría de la relatividad no tendríamos muchas cosas con las que convivimos actualmente. Como muestra un botón: sin relatividad no habría GPS.
- 27 de Septiembre: Equivalencia entre masa y energía (con la archiconocida ecuación, E = mc2).
- 19 de Diciembre: Más desarrollos sobre el Movimiento browniano.
Evidentemente, lo impresionante no es el número de artículos (eso casi podría no importar, si fueran basura), sino la calidad de los mismos y las repercusiones de algunos de ellos en nuestro día a día. Todo eso publicó el mismo año, por algo en ocasiones se ha denominado a 1905 «el año maravilloso». Y para remate, todo eso lo hizo mientras aún trabajaba en la oficina de patentes de Berna, donde trabajó entre 1902 y 1909.
No sé si se entiende a dónde quiero llegar. Este post es para los becarios de investigación que puedan estar leyendo esto. Take it easy.