Da igual que los británicos estén en contra del futuro carnet de identidad (recordemos que allí no tienen), da igual que sea un proyecto harto criticado por su muy elevado coste. Según Blair el proyecto va a continuar en plazo ya que no hay limitación técnica, sino que el problema era la falta de acuerdo entre los parlamentarios (fuente, vía). La tecnología hace posible ciertos sueños represivos. Y Blair lo sabe.
Y en UK no es el único sitio donde andan a vueltas con las tarjetas de identidad, que no se nos olvide.