Viernes con viñeta. Traduzo el texto con mi inglés barato. No es ortodoxo ni literal, pero creo que es correcto (corregidme si hay barbaridades).
Paso 1:
Crea un código privado«¡Memorízalo inmediatamente!»
«¡No se lo digas a nadie!»
«¡No lo publiques!»
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Paso 2:
Teclea tu código privado——
Envié la talla de mi ropa interior al ciberespacio
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Dí la fecha de expiración de mi VISA y mi domicialición bancaria a 9 empresas punto-com que ahora estarán en la ruina y quién-sabe-cómo-de-desesperadas
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Le di mi contraseña a completos desconocidos en 20 tiendas online, vinculadas a otros 650 establecimientos de comercio electrónico.
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Me uní a canales de chat y compartí allí problemas médicos, de amores y de alimentación con millones de personas usando mi nick secreto…
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… el mismo nombre «secreto» que cualquier aficionado podría usar para acceder a un perfil completo de mis compras, gastos, alquileres de vídeo, viajes y hábitos de comida.
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El nuevo sueño americano:
Quince minutos de anonimato.«Tienes 9427 nuevos mensajes de correo»
Se nota que la viñeta es algo antigua por los demonios que cita pero (sobre todo) por los demonios que olvida. Aún así el que sea inocente que tire la primera piedra. Por otra parte, creo yo que esta situación se verá afectada inevitablemente por la costumbre cada vez mayor de utilizar internet y estas herramientas con cierta asiduidad. Esta influencia puede tomar dos rutas:
- Estar cada vez más habituados a la red nos ayuda a tomar conciencia de la importancia que tiene no compartir nuestras contraseñas y nuetras claves de acceso con otras personas. Esta consecuencia es buena.
- Por contra, el uso habitual de la red genera tolerancia hacia lo que supone «contactar» con desconocidos, dejar pequeños restos de información por aquí y por allá… Como es un acto común le restamos importancia. Esta consecuencia es muy mala y supongo que será más grave en las próximas (o nuevas) generaciones de niños.
Dentro de un tiempo, ¿cuál tendrá más peso y/o consecuencias más dramáticas? No puedo saberlo, pero de momento hagamos balance: Con nuestras fotos en flickr, nuestros vídeos en youtube, nuestras pequeñas anécdotas diarias en blog, nuestras lecturas preferidas al acceso de todos en bloglines, nuestra wishlist en amazon, nuestros favoritos en del.icio.us, … y un largo etcétera. ¿Hace falta continuar?
Por cierto, la viñeta es obra de Cathy Guisewite y está sacada de «Protect your digital privacy», un libro que recomiendo y del que ya he hablado antes: La privacidad no es un problema técnico.