El Ministerio de Industria a través del recién creado Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación ha acordado con Microsoft colaborar en materia de seguridad informática (nota de prensa, vía). Todo ello enmarcado en el programa de cooperación en seguridad que promueve la compañía de Redmond y al que ya se han adscrito ni más ni menos que ¡12! paises (Alemania, Irlanda, Noruega, Suiza, Israel, Estados Unidos, Canadá, Chile, Australia, Nueva Zelanda, Corea e India). ¡Me sorprende ver a Alemania en esa lista!
No creo que exista nada menos apropiado para llevar a cabo este tipo de funciones que una empresa privada con intereses en ese sector. Si el ministerio no quiere montar un tinglado para ser él mismo el que vele por la seguridad de sus ciudadanos (OJO, en la nota de prensa del ministerio vuelven a hacer referencia a consumidores) al menos debería esmerarse y dejarle las riendas de un asunto de este calado a alguna de las organizaciones que velan por los derechos electrónicos y que promueven el uso de software libre, no por nada, es que no sabemos qué hace esa empresa con nuestros datos, que manipula con un software que no podemos saber cómo funciona porque no tenemos el código fuente.
Por si fuera poco con el tema de seguridad y privacidad tenemos otro más: La información es dinero. Con este acuerdo el estado le ofrece a Microsoft una base de datos enorme, le da una posición de privilegio (otra más) cuando debería evitar caer en la red-trampa de una empresa privada, y eso lo pueden hacer mediante el apoyo a los movimientos de software libre. Señor Montilla, ¿Ha oído usted hablar de la neutralidad tecnológica?