Debra Bowen ya es conocida en este blog, porque en su día ya se opuso obstinadamente a los desarrollos RFID, empleando una de las argumentaciones más clásicas de estas protestas («y si su ropa interior delatara su ubicación, ¿cómo se sentiría?», en alusión al escándalo de Bennetton, claro). Pues se ve que sigue en el tajo y lo último que se le ocurrió fue organizar una comisión compuesta por un nutrido grupo de expertos en seguridad informática para que analizara las máquinas para voto electrónico certificadas en el estado de California.
Los resultados del análisis arrojan todo tipo de irregularidades: las máquinas son vulnerables, se han encontrado muchos bugs que supuestamente ya estaban cerrados, así como nuevos bugs que comprometían totalmente la seguridad, algunas compañías (ES&S) se negaron a colaborar (enviaron el código fuente y la documentación requerida fuera de plazo) y posteriormente intentaron encubrir los informes negativos para que sus negocios en otros países (Reino Unido) no se vean comprometidos…
Que las certificaciones no fueran legales es algo que no debería sorprendernos después del caso del certificante de máquinas de voto electrónico que no podía certificar. La pregunta que tengo en mente es: ¿Y en estas compañías que tan sucio juegan quieren que basemos nuestra democracia? En lo que a mí respecta espero que esto no se acepte fácilmente en España. Por ahora, no hay planes de tal cosa (de verdad les digo que Pululante escribió al gobierno para preguntar por este asunto y le contestaron, pero no encuentro el enlace) aunque viendo el resto de países me preocupa el día en que salte la liebre. Y si fuera aceptado el problema es nuestro, por no haber defendido nuestros derechos. El voto electrónico no sólo es inseguro, es que para colmo las compañías que hacen negocio con él parecen dispuestas a vender a su madre con tal de tener algo más de liquidez. Aquí todavía no lo han planteado, pero en otros países de la UE como Irlanda, Francia u Holanda se usan con frecuencia (incluso sin posibilidad de voto tradicional), así que antes que poner la barba a remojar más vale que vayamos pintando las banderas de guerra, no sea que el día menos pensado nos hagan falta.
No cambio mi postura y tal y como sostuve en su día, ni con software libre me fio de estas máquinas. Yo quiero y siempre querré un sobre, un pequeño cajón con cortinillas para buscar la papeleta que menos rabia me dé y una urna transparente. O eso, o aquí no hay tomate.
En realidad no hay artículo en el blog, así que normal que no encontrases el enlace :)
En las últimas elecciones municipales de mayo, pregunté a la Comisión Electoral si había alguna prueba de uso de voto electrónico en España, y me contestaron por correo electrónico que no iban a hacer ninguna.
Veremos en las próximas generales.
:P
Creo que fue en la lista de correo donde lo dijiste…, y como dices: habrá que estar listos para las próximas generales.