«The game that Corporation 9592 built had any number of novel features, but in Richard’s mind their most fundamental innovation was that they built it from the ground up to be gold-farmer-friendly. Gold farming had been an unwelcome by-product, an epiphenomenon, of earlier games, which had done all that they could to suppress the practice, ven to the point of getting the Chinese government to ban such transactions in 2009. But in Richard’s opinion, any industry that was clocking between $1 and $10 billion a year deserved more respect.»
— Neal Stephenson, Reamde.
Es oficial: no el hecho de que haya comenzado a leer Reamde, sino que ya estoy enganchado. He leído varios libros de Stephenson desde el Criptonomicón, así que el comienzo me ha traído constantemente a la mente a Douglas Coupland con esos escenarios tan, cómo decirlo, tan… Wal-Mart.
Sin embargo, lo que me ha hecho postear ha sido este pasaje. Nunca jugué al World of Warcraft, pero en Diablo II (hace ya una década) había también un agitado mercado (siempre perseguido por Blizzard) paralelo de objetos (no de oro, como en WoW, pues en Diablo el oro no servía para gran cosa). Y no dejo de pensar que Diablo III, que saldrá en un par de meses, ha cortado por lo sano al incluir una tienda in-game donde vender los items virtuales que encuentres pagando un fee por poner el anuncio, al más puro estilo eBay.
Está por ver si lo lograrán, pero es cierto que han hecho lo posible para que el juego que sea farmer-friendly; y nadie duda que con ese movimiento van a ganar un pico. Eso sí, el protagonista de Reamde necesitó más fontanería que la mera programación, pero explicarlo sería spoiler y ¿qué le decimos a los spoilers? Not today.