En los últimos tiempos estamos viviendo una interesante batalla, sostenida por grandes empresas de todo el mundo que quieren convertirse en la llave que nos abra el acceso a la información. Todos quieren ser proveedores de contenidos. No exactamente productores, producir contenidos es una tarea ardua que requiere mucho esfuerzo a veces pobremente recompensado. Todos quieren ser proveedores en un ecosistema tecnológico hostil a los proveedores que está inevitablemente supeditado a un ecosistema legal que cada vez los apoya más, imponiendo reformas legales y tributarias que elevan la pena por no obedecer.
Todos quieren ser proveedor de contenidos. Desde fabricantes de hardware (Apple, Nokia) a telecos (todas), pasando por los medios tradicionales que no quieren perder su posición hegemónica. La mayoría de los intermediarios está perdiendo el carro, si bien algunos aún planean resistencia, como Nielsen.
¿Qué hace Nielsen exactamente? Ofrecer un sistema de tasación de medios, basado en unas métricas de audiencias, que permita estimar el precio justo en caso de compras/fusiones/etc.. Es por esto por lo que el sistema es cuestionado cuando alguno de los medios ve bajar sus métricas.Este sistema es cuestionado sistema a menudo discutido. Google también tiene su propio competidor en la red: Alexa y Google Analytics hacen precisamente eso, ayudan a valorar cuánto hay que pagar por un medio (sea éste un blog o un gran periódico).
Lo que sucede es que cuando las métricas se atomizan (y eso sucede parcialmente en la red) las métricas se complican y Nielsen quiere ampliar su negocio postulándose a sí mismos como proveedores/intermediarios válidos modificando así su sistema de negocio para invadir un terreno diferente.
¿Qué propone Nielsen para convertirse en intermediario? Lo que prometen todos: velar por limitar la copia de un determinado material. Nielsen propone no sistemas de DRM, sino de Marca de agua, para trazar el recorrido de una obra protegida a través de la red (ArsTechnica). Una marca de agua es una «firma digital» imperceptible que en principio no impide la copia de un documento (como un mp3 o un vídeo), pero sí permite el rastreo del mismo.
¿Por qué una marca de agua? La marca de agua es la culminación de la restricción en la red: no es que no lo puedas copiar, es que si lo haces cualquiera podrá saberlo. No es la prohibición impuesta, sino la prohibición autoimpuesta. Una especie de panóptico adaptado a la era digital. Además, aunque en principio la marca de agua no impide la copia, con un adecuado registro de marcas de agua válidas sería posible eliminar automáticamente las copias ilegítimas de un archivo, algo ciertamente posible en una red cada vez más concentrada. Estaríamos de nuevo en manos de alguien capaz de romper estos sistemas, claro que se puede… siempre se puede engañar al sistema. Pero cada vez requiere más conocimientos técnicos, las soluciones son menos sencillas y ello conlleva exclusión del acceso para una fracción creciente de la población.
Desde luego contemplo esta propuesta con recelo, como contemplo toda propuesta encaminada a generar escasez y fricción en un sistema que funciona tal y como está. La marca de agua no aumenta su eficacia sino que la disminuye. A menos que la lógica de internet sea cambiada radicalmente y en lugar de hablar de un sistema de información abundante hablemos de un redil completamente bajo control. Cabe preguntarse si eso podría seguir recibiendo ese nombre (internet) y si realmente estaríamos entusiasmados ante tal posibilidad.
Un episodio más de la lucha por ser el cuello de botella capaz de reducir la enorme cantidad de contenidos, sea eso o no necesario (a mí no me lo parece). Del mismo modo que todos quieren ser Digg, todos quieren ser el proveedor. Todos quieren mandar, llamémosle por su nombre :)
… en Font Vella, Solan de Cabras, etcétera etcétera :)
«Concern about freedom from tyranny is a trademark of democracy»
http://lavigilanta.blogspot.com
jojo, ¡¡cada día me explico peor!!