En lo que es la gestión y creación de información la Red cambió radicalmente el panorama. La abundancia de alternativas donde no sólo leer sino contrastar y complementar visiones y puntos de vista ha permitido la emergencia de una cultura nueva, la de los blogs, que sobrevive por el valor que aporta a pesar de que esa palabra («blog») haya pasado de moda.
En estas descubrimos que los viejos medios siguen buscando formas de cobrar por el contenido, con la aprobación de quienes aplauden lo que antes criticaban. Otros medios, sin embargo, nos dan la razón abrazando la «ética blogger» con una mano, aunque con la otra intentan negarla (no se puede evitar, tienen esa vocación de intermediación).
Entre tanto, hay una tecnología que marcó un antes y un después en la web: la de RSS. Ya hemos hablado de lo duro que sería volver a tener una Red sin RSS. Precisamente, en uno de los análisis que hicimos de este asunto («La vida en un desierto de una Red sin RSS») apuntábamos que:
El RSS sólo es adoptado por los grandes medios cuando uno de ellos se decide a adoptarlo. En aquel caso fue el New York Times, corría el año 2002. En tiempos en que los periódicos sueñan con Twitters como los ISP de hace una década soñaban con terras y en que el periodismo se reivindica con falacias y excusas mientras habla de Orbyt, ¿cuál será el primero de estos medios en decir que abandona el uso de RSS para apostar por una especificación propia y cerrada, directamente encapsulada en una app?
Esa cuestión sigue pendiente, y todavía ningún medio se ha atrevido a quitar los RSS, pero la carrera hacia su invisibilización continúa. Los navegadores fueron eliminando uno a uno los botones de detección/suscripción mediante RSS a las páginas que vamos visitando. Las webs, incluso algunas que no dejan de ser blogs por mucho que hayan crecido, se rediseñan y quitan el botón de suscripción de la parte superior para empujarla hacia abajo. Otras lo colocan directamente en el pie.
La razón es obvia: cuando se tiene ya mucha visibilidad, la tentación de canjear algunas suscripciones por páginas vistas debe ser grande.
Con semejante panorama la cuestión es evidente: ¿se debe apoyar o no el uso de RSS confiriendo a este canal visibilidad y facilitando con él la suscripción a nuestros contenidos? Para quienes aspiramos a vivir una Red lo mejor repartida posible, la respuesta es que sí con rotundidad. ¿Qué podemos hacer a este respecto?
Como webmaster
En tanto que señores en nuestra casa, podemos considerar dar visibilidad suficiente a estos canales, de forma que se vea clara y fácilmente que (a quien así lo desee) damos esa posibilidad de seguirnos.
Como usuario
Como decía antes, los navegadores han ido ocultando uno a uno estos botones de fácil suscripción mediante RSS. Sin embargo, es posible restituirlos. ¿Usas RSS y te gustaría usarlos de manera más sencilla en tu navegador? Ahora detallo cómo lograrlo en Firefox y en Chromium.
Cómo restituir el botón de suscribir por RSS a la barra de herramientas de Firefox
Eliminado en Firefox 4 (hace ya casi dos años), Firefox sigue ofreciendo esa posibilidad. Para ello hacemos click secundario (para los diestros, botón derecho) en la barra de herramientas, escogemos la opción «Personalizar», arrastramos el botón de RSS a la barra… et voilà. Fácil, no es como el que había antes, pero funciona a las mil maravillas.
Cómo restituir el botón de suscribir por RSS en Chromium
Para Chromium es necesario instalar una extensión (RSS Subscription Extension) desarrollada también por Google, pero que no viene de serie. Al instalarla, se nos añadirá un botón que, paradójicamente, funciona exactamente como lo hacía el viejo mecanismo de Firefox (algo que no hace ni el nuevo navegador de Mozilla).
Resumiendo…
La existencia de una Red lo más distribuida y repartida posible, altamente deseable para que siga existiendo diversidad, requiere de nosotros que no olvidemos las tecnologías que lo hacen posible. Y si nos centramos en la web, el RSS es la principal de todas ellas. ¿Tu página tiene RSS? Dale más visibilidad (que haga honor a su nombre) y logra que sea sencillo seguirte por esa vía.
Fíjate que el Huff tiene RSS para cada autor de blog. Y que está estimulando el comentario y su respuesta dentro del blog. Te registras con cualquier servicio conocido (menos OpenID, vaya) o puedes registrarte dentro de su plataforma. En el fondo, es una vindicación del blogging y tiene un efecto que contrarresta y da visibilidad, dignidad y recuperación a los blogs. Provocación: es el auge de las redes sociales lo que lleva a los medios a crear una plataforma de blogs para quedarse con la audiencia? Curiosamente, El País online tiene ya la lógica del blogging solo que feucha: todos los articulos son comentables, cada vez enlazan más… Al final llegaremos a la normalidad, en cierta forma eso que he propuesto de no llamarlo más blog: No me llame blogger, no lo llame blog, pero tenga uno»
Parte de esta «nueva normalidad» será no llamar blog a algo que que será como un blog, pero diferente. Hace ya muchos meses (al hilo de la infame charla de PedroJ en el EBE) decíamos que «en el futuro hay más blogs y no menos, pero no serán como lo fueron hasta ahora». Tenemos lecciones que aprender de estos últimos años, Río propone superar algunas, por eso creo que es un proyecto válido. Llamarlo de otra forma quizá sea el comienzo :)
Forbes también muestra el RSS de cada «contributor» (no me llame blogger :) y deja comentar con cualquier identidad, incluido OpedID. JotDown, en cambio, pese estar en su formato más cercano a los blogs y acoger firmas a cuyos artículos llama «blogs», muestra un único feed para todo el sitio. Con los trucos que Jose comenta en el post por suerte descubres el feed de cada autor pero no se te invita a suscribirte mostrando el feed.