Facebook aspira a suplantar Internet, exactamente igual que Google; a canibalizar todo el tráfico que puedan y ofrecerse incluso como el sitio en el que puedes vender tus productos. ¿Cuántos años hace que advertimos de lo pernicioso de dejar de construir tu propio canal de comunicación para usar uno ajeno, controlado por otra persona y/o empresa? En el pasado hemos hablado mucho de sus intentos por ser el nodo central de la Red (por cierto que en el libro sobre la neutralidad de la Red había todo un apartado dedicado a esa sutil forma de pérdida de neutralidad en la Red: la concentración y recentralización de la misma):
- Facebook a por el nodo central de la Red. Al hilo de OpenGraph, que se ve muy fortalecido con los cambios presentados esta semana.
- Infraestructura y poder: desde la censura al control de la experiencia de usuario. Interesante revisar el post de Infraestructura como ventaja competitiva en Internet, aunque aplicado a Google, nos da una idea del tipo de poder que Facebook obtiene por ser el silo donde almacenamos toda nuestra información.
- La supervivencia del mensaje. Puedo entender (aunque no compartir) que muchas personas opten por Facebook para comunicaciones perecederas de corte personal. A estas personas, la persistencia de un mensaje que ofrecen los blogs puede no preocuparles. Pero me resulta absolutamente demencial que una empresa potencia su comunicación corporativa en una infraestructura que no controla pues, a las finales, la dependencia generada respecto de ese proveedor (en este caso, Facebook) generará rentas de posición a favor… de tu proveedor. Y las usará para apretar, por supuesto.
Supongo que por todo lo anterior, no deja de sorprenderme que cada vez sea más difícil explicar como ese nuevo proyecto que me estás explicando no obtiene beneficio ninguno de dedicar tiempo, esfuerzo, y dinero, a crear una presencia en un servicio ajeno, rodeado de la marca y la experiencia que ese servidor ajeno ha estimado como óptima para él (y no para ti, ah, el principal-agente).
En fin, los nuevos anuncios de Facebook en su evento de otoño son toda una señal: si hace un año y medio se sentían fuertes, este año ya no quedan dudas. Van a por todas. Para complementar este repaso, breve y acelerado, recomiendo la lectura del artículo más reciente de Antonio en Error 500. Muy ilustrativo, como casi siempre.